Slug
¡Por fin, El bebé ya viene! ¡Semilla de soja está a punto de nacer!❄️👶🏻🌱Así como han leído, por fin, el tan esperado capitulo del nacimiento esta sucediendo. Este es un suceso que sé que más de uno de ustedes ha estado esperando con emoción.Y como dije en el capítulo anterior, yo estoy muy entusiasmada porque lo lean. Así que sin más, les dejo con este capitulo que espero les guste ❤Disfruten la lectura 👶🏻
25 de diciembre 🎄Maki gruño levemente mientras se sentaba en el borde de la cama. Miro el reloj que tenía en su mesa de noche, el cual marcaban las 05:37 a.m.Todavía no entraban los primeros rayos de sol por las cortinas, y afuera, la nieve seguía cayendo con una delicadeza casi irreal.Maki se frotó la parte baja de la espalda, donde un leve pero punzante dolor se extendía hacia su vientre. Lo percibía como un calambre, aunque sentía los movimientos y las patadas de su bebé más intensos. Toda aquella combinación la habían despertado.—Estas muy inquieto... más de lo normal...— susurro sobando su vientre.Pensó que quizás aquel leve dolor debía ser una falsa contracción como las que estuvo teniendo días atrás. Sobre todo notaba que cuando le daba frío es cuando más le dolía el cuerpo.Aquel invierno sí que estaba haciendo de las suyas. Nieve por todas partes y una muy baja temperatura a fuera. Aun así, Yuta había dejado el termostato a una agradable temperatura para que ella no sintiera molestias.De nuevo, Maki sintió a su bebé moverse acompañado de una presión en la parte baja de su vientre.—No me des cabezazos— gruño ante tal presión —Quizás estas así de inquieto por la cena— le dijo a su bebé mientras se levantaba de la cama. Sintió el frío en la planta de sus pies mientras se ponía las pantuflas.Una vez se levantó de la cama, arrastro los pies y camino a paso lento hasta el baño.
Después de orinar y de lavarse las manos, regreso con cuidado a la cama, recargando su espalda contra las almohadas y semi acostándose ya que a veces le costaba respirar debido a su gran vientre.Aun así, la inquietud persistía. Y de nuevo, esa leve punzada la obligó a sentarse nuevamente en el borde de la cama.—¿Estas bien?— pregunto Yuta, parpadeando de sueño al notar como Maki estaba en la orilla, sobando tanto su vientre como su espalda baja.—Estamos bien, solamente sentí un espasmo, debe ser una de esas contracciones de Braxton— dijo volviéndose a acomodar con mucho cuidado en la cama, acostándose de lado mirando a Yuta, quien la volvió a cobijar.—¿Quieres que te dé un masaje o que llame a Azami?— pregunto él un tanto preocupado pero al mismo tiempo cayéndose de sueño. Sus ojos y apenas podían mantenerse abiertos.Maki negó con la cabeza y acaricio el rostro de su esposo. El cansancio acumulado le estaba pasando factura a este.
—Estamos bien, debe ser la cena lo que hizo que él bebé esté inquieto. Ya me dio varios codazos y patadas.Yuta bostezo—Esta bien mi amor...— arrastro las palabras mientras se acomodaba al lado de su esposa —Cualquier cosa, avísame, aquí estoy para— bostezo de nuevo — cuidarte... — susurró antes de volver a quedarse dormido.Este había puesto con cuidado sus manos sobre aquel gran vientre, mientras Maki le tomaba la mano con delicadeza. Realmente él pobre estaba cansado y más que estuvo yendo los anteriores días a misiones de último momento, pero al mismo tiempo, estaba al tanto de todo lo que sentía y lo que le pasaba a Maki y a su hijo. Realmente estar 24/7 alerta era cansado y más cuando se estaba esperando la primera señal de que aquel bebé ya venía en camino.Maki miro con ternura a su marido, esta no quería preocuparle. Pero aun así, ella se sentía "extraña", como si su cuerpo le advirtiera que el momento de parir estaba muy cerca.—Te amo... gracias por todo...—susurró mientras acariciaba el cabello negro de su esposo, deslizando suavemente sus dedos entre sus mechones. En su mente, imaginaba que quizás esa pequeña semilla de soja podría ser muy parecido a él.Después de unos minutos, Maki de nuevo trataba de dormir un poco, pero aquella extraña sensación en su cuerpo le volvió. Pensó que quizás podría ser algo de ansiedad o cansancio.—Como desearía que ya estuvieras aqui con nosotros...— susurro en voz muy baja, mientras de nuevo veía a Yuta dormir profundamente con sus manos sobre su enorme vientre, donde parecía estarlos protegiendo a ambos.De verdad, Maki se preguntaba cuanto faltaba para que su bebé decidiera nacer. Y quizás aquella respuesta la descubriría horas más tarde.
11:57 a.m.Después de desayunar, Maki se recostó en la alfombra, admirando una vez más el árbol de Navidad.Por una razón que ni ella misma comprendía, Maki sentía el deseo de seguir observando las luces navideñas que habían colocado el día anterior en el árbol. Se deleitaba viendo cómo los focos destellaban, cambiando de rojo a azul, de azul a amarillo, y de amarillo a verde. Era un espectáculo tan hermoso que nunca había tenido la oportunidad de presenciar en su clan.La Navidad siempre había sido un día como cualquier otro para ella, ya que en su clan nunca celebraron dicha tradición extranjera. Lo único que realmente recordaba de esa época del año era el frío implacable, con la nieve cayendo en grandes cantidades. Ni siquiera varias capas de kimonos, futones y cobijas lograban disipar el helado invierno que envolvía todo a su alrededor.Y en la academia, la Navidad nunca fue motivo de celebración, especialmente después de que dos guerras ocurrieran en la misma Nochebuena, pero con tan solo un año de diferencia.
Así que el 25 de diciembre se había transformado en un día dedicado a seguir curando a los heridos y a hacer el recuento de los estragos causados en las batallas contra Geto y Sukuna.Y el año pasado, en la que debía ser su primera navidad como ya una pareja de casados, no lo festejaron debido a que ambos habían tenido misiones por separado y no se vieron hasta casi año nuevo.Así que aquella era su primera navidad juntos como una familia.Maki yacía recostada sobre su costado izquierdo, con una suave almohada circular bajo su cabeza. Su mano derecha acariciaba con ternura su abultado vientre, mientras contemplaba los regalos que había recibido la noche anterior.De nuevo, aquella rara sensación la invadió, era como una mezcla de felicidad con un poco de incertidumbre.Al mismo tiempo tenía mucha curiosidad por aquellos regalos bajo el árbol, quería saber que tanto había dentro de ellos.—¿Así se sentirá la navidad? — se cuestionó ante tal nuevo sentir.Después un suspiró de paz e ilusión salió de su pecho —Nuestra primera navidad como familia...— dijo con una gran sonrisa.Quizás de eso se trataba la navidad, de sentir una gran alegría y paz. Incluso el ambiente tenía una tranquilidad muy hogareña. Una que deseaba no acabara nunca.Pero aquella tranquilidad en soledad fue interrumpida por el grito de su esposo entrando al departamento.—¡Perdón por tardar!— Yuta llegó a casa junto a unas bolsas de supermercado.
—Si que está haciendo mucho frio acá a fuera, pero— sonrió sacando una pequeña caja — pude encontrar el chocolate que tanto te gusta, así que enseguida les preparare unas tazas de chocolate caliente — dijo quitándose la bufanda.En aquel momento, Maki se sentó con cuidado en la alfombra.
—¿Cuándo se supone que debemos abrir los regalos?— pregunto inesperadamente.Rápidamente Yuta corrió a auxiliarla. Ayudándole a levantarse para sentarse en el sillón.—mmm no lo sé. Como nunca abrí regalos este día, supongo que la tradición es abrirlos a la hora que uno quiera ¿No crees?— comento con una sonrisa mientras su mano acariciaba el vientre de su esposa.Maki mordió suavemente el interior de su mejilla. Esa respuesta no le convencía.—O Podríamos guardarlos hasta que el bebé nazca y así podríamos abrirlos cuando él ya esté aquí en casa con nosotros— sugirió Yuta.—Esa podría ser buena idea aunque... — después bajo un poco los hombros— Yuta ¿Tú crees que al bebé le gustaran sus regalos?— pregunto Maki sin dejar de mirar al árbol.El hechicero sonrió —Yo sé que le gustaran y de paso todos estos regalos nos ayudarán a nosotros a entretenerlo y a jugar con él — beso la mejilla de su esposa.—Espero mínimo tengamos el tiempo suficiente para jugar con él una vez regresemos a las misiones — se miró el vientre — No me gustaría perderme esa etapa— Maki suspiro.—Yo sé que tendremos el tiempo suficiente para jugar con él y de paso para convivir en familia los tres— consoló Yuta—Y ahora que estamos hablando de regalos...— se puso de pie y fue rápidamente a su habitación.A Maki le pareció extraño ese comportamiento y más cuando Yuta regreso con las manos en la espalda y se puso frente a ella en aquel sillón.—¿Qué sucede?—Tengo un regalo para ti, Maki san — dijo sentándose a un lado de ella.—¿Un regalo para mi?— se apuntó con su dedo índice —¿Estás hablando en serio?— una pequeña risita nerviosa salió de su garganta.—Si. Como es nuestra primera navidad juntos, quería regalarte algo especial— Yuta sonrió tiernamente.—En serio me estas sorprendiendo demasiado y más que debo confesar que este sería el primer regalo de navidad que me dan en la vida— Maki tenía un leve sonrojo en las mejillas y una pequeña sonrisa.—Espero te gusté, pero sobre todo, ya aprendí mi lección— comento Yuta aun escondiendo aquella cajita detrás de su espalda.—¿Lección? — Maki elevó una ceja. —¿Cuál lección?—Si, mi lección aprendida es sobre que un regalo así de especial debería ser un momento único entre los dos y no se necesita muchas cosas que adornen el lugar o mucha gente mirándonos.—OK ahora me estas asustando. ¿Ya me dirás que traes ahí? — Pregunto Maki con intriga.En ese momento, Yuta sacó la pequeña cajita y la fue abriendo despacio.Maki sentía que el corazón se le saldría del pecho y su rostro se suavizo al ver aquel anillo muy similar a su anterior anillo de matrimonio. Incluso sintió a su bebé patear por aquella emoción compartida.—¿Un anillo?— pregunto con sorpresa.Yuta tomo la mano de Maki —Fushiguro kun me dijo en su momento que cuando perdiste el anterior anillo lloraste demasiado.Maki tenía el rostro rojo tanto por la emoción como del enojo porque Megumi le hubiera contado eso a Yuta.Soltó el aire con fuerza.
—Si, admito que lloré mucho ya que en esa misión lo perdí. Fui una tonta por no haberlo guardado ese día.—No debes porque sentirte mal por eso que ya fue— Yuta tomo el anillo nuevo entre sus dedos —¿Puedo?— pregunto con una sonrisa.Esta hizo un si con la cabeza.
—Puedes — le ofreció su mano con una gran sonrisa.—Maki san, recibe este anillo como muestra y reafirmación de todo mi amor hacia ti— dijo mientras deslizaba aquel anillo en el dedo anular de su esposa.La peliverde no podía dejar de sonreír.
—Es hermoso... y de verdad, lo siento por haber perdido el anillo anterior...— sus labios se apretaron un poco.Yuta le tomo del rostro, sujetándola con suavidad de la barbilla y le dio un beso en los labios.
—No tienes por qué disculparte, eso ya fue cosa del pasado. Y más que fue un accidente — deposito otro beso — Ahora acepta este nuevo anillo como mi regalo de navidad.—Prometo que lo cuidare mejor — Maki correspondió al beso y después suspiro — Pero ahora me voy a sentir mal porque yo no te compre ningún regalo de navidad.Su esposo sonrió y puso sus manos en su vientre.
—Tú ya me estas dando el mejor regalo del mundo y es esto de ser papá — depósito otro beso más en los labios de su esposa.—Bueno, pues este regalo — Maki apunto a su gran barriga — sí que está tardando mucho en salir de su envoltura— hizo un leve puchero.Yuta río por esas palabras.— Ya que hablamos de regalos de navidad. ¿Qué te parece si te preparo algo de chocolate caliente como se te había antojado y mientras lo bebemos abrimos los pocos regalos que son nuestros? Los chicos también nos dieron algunos regalos a nosotros.Maki sonrió levemente —Me parece buena idea...— esa sonrisa ahora parecía una mueca de incomodidad.De nuevo se quejó levemente al sentir una punzada en su vientre y unas ganas enormes de ir a orinar.—¿Estas bien?— pregunto Yuta con preocupación al ver de nuevo a su esposa con ese leve dolor que le venía aquejando más desde la madrugada.—Lo estoy, es solo que me dieron demasiadas ganas de ir a orinar— estiro sus manos hacia su esposo— ¿Me ayudas a levantarme? Por favor— suspiro— Cada día me estoy sintiendo más pesada — dijo está en un puchero. De nuevo aquella extraña sensación recorrió su cuerpo. Era como si debía estar alerta de algo. —Además este bebé a cada rato presiona con más fuerza mi vejiga.Yuta le ayudo primero a ponerse sus pantuflas y después a levantarse de aquel sofá.—¿Necesitas más ayuda?— preguntó Yuta al ver a Maki caminar apresurada hacia el baño, con las manos en la espalda baja.—Si necesito ayuda yo te gritaré, por el momento debo llegar al inodoro — dijo está apurando el paso.
Maki una vez terminó de orinar, se lavó las manos y se miró una vez más frente a ese espejo que tenían en su baño.Se había quedado en pantaletas, ya que se había quitado los pantalones debido al calor que de un de repente le estaba aquejando.Realmente aquel día se sentía más extraña de lo normal. Era como si su restricción se agudizara el doble y todas las sensaciones las sintiera a flor de piel a cada instante.¿Acaso su cuerpo solo le estaba preparando para lo que ocurriría aquella tarde?Maki se miró de costado en el espejo que tenían frente al lavamanos, levantó su camiseta hasta arriba de su barriga, observando cómo había cambiado en esos nueve meses. Las pocas estrías que se le habían formado, se combinaban con sus cicatrices. Aún era sorprendente para ella como el cuerpo femenino podía cambiar tanto en nueve meses.Incluso sentía que en todos esos meses ella de un modo u otro también cambió tanto emocional como mentalmente.Quien diría que ahora con la llegada de ese bebé, ella también florecería.Puso un momento sus manos sobre los costados del lavamanos, recordando que hacía específicamente ocho meses atrás, en ese mismo baño había descubierto que estaba embarazada.—Como pasa el tiempo...— se dijo en voz baja, aun mirándose al espejo de frente, donde empezó a sumergirse en sus recuerdos, sentía como si dichas memorias pudiera verlas reflejadas en aquel vidrio.Recordó el cómo se sintió esa vez cuando todo comenzó. Cuando "gracias" a ese bebé al que ayudo a abrazar y que lloro en sus brazos, fue que descubrió que estaba embarazada.Por un momento recordó las palabras de aquella mujer en ese supermercado.
"Si un bebé rechaza a una mujer, es porque sienten a otro bebé en camino".Una sonrisa se formó en su rostro al recordar esa frase que dio inicio a toda esta travesía mientras acariciaba su vientre.La primavera le había enseñado como lección el aceptar las cosas. Sobre todo a pensar en que si aquello era lo que realmente quería.También recordó cuando aquella noticia se la había dado a Megumi y como este le había puesto los pies en la tierra sobre que solo ella era la que tenía la decisión final sobre si debía o no tener a ese bebé.Donde después de pensarlo determinadamente y de después de ver aquella ecografía, fue que al final fue ella misma quien decidió dar sus frutos. Incluso recordó que ella había sido quien le había puesto de apodo a ese bebé como "semilla de soja". Un apodo que le gustaba mucho a ella.También recordó aquella platica en el tren bala con esa desconocida mujer sobre ser madre. Incluso Maki en ese momento se preguntaba como estaría ella y sus hijos. Tal vez estar en aquel mismo tren en aquel momento de su vida solo fue una coincidencia del destino para reafirmarle sobre su decisión de ser madre.Una decisión que ella había tomado desde lo más profundo de su ser.También recordó la primera misión que ella y su ahora semilla de soja habían tenido en aquel hotel, donde a pesar de los golpes, ambos habían logrado eliminar a esa maldición.Inclusive recordó aquel momento donde Mai se le apareció aquella vez en Atami mientras ella estaba inconsciente. Ahí donde Mai le explicó que cambiar de opinión no está mal cuando se es un adulto, porque también esa es una señal de maduración y de sabiduría.Su corazón había dado un vuelco al recordar ese momento con su hermana en aquel limbo.Mientras seguía mirándose al espejo, los recuerdos de aquella primavera seguían inundando su mente. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro al revivir el momento en que le dio la noticia de ese embarazo a Yuta junto al mar de Atami.En lo más profundo de su ser, deseaba haberle dado esta noticia de otra manera, pero todo el amor y él apoyó incondicionalmente que Yuta le dio durante todos esos meses le brindaba un gran consuelo.Después empezó a recordar lo turbulento que había sido el verano después de aquel descubrimiento. El cómo apenas se estaba acostumbrando a los cambios que estaba presentando en su cuerpo.Definitivamente aquella había sido la estación más difícil para esos dos.Pensó en como las fuertes lluvias y los violentos vientos de su forma de ser, así como las granizadas provocadas por las promesas rotas, casi acababan con su matrimonio.El cómo por esconder su embarazo de los demás pensando en el perjuicio, su vida y la de su bebé se vieron en serio peligro por aquella maldición.Pero bien dicen que después de la tormenta viene la calma, calma que por momentos la acompaño durante el otoño.Aun así, podían presumir que sobrevivieron a un peligroso tifón, el cual después se convertiría en un arcoíris, recordando que la tormenta y los problemas siempre se acaban y se resuelven en algún momento del verano.Mientras aún miraba su reflejo y acariciaba su vientre, recordó todos los sucesos que tuvo durante el otoño. Sobre todo, porque está melancólica estación siempre marcaba el principal camino hacia la maduración.Aquella donde las hojas caen para dar paso al cambio. Aquella estación que siempre nos recuerda que para que los árboles den sus frutos, estos deben despojarse de sus miedos y de sus antiguos frutos y hojas para dar paso a las nuevas que nacerán después del invierno.Recordó la pelea que tuvo con Nobara después de revelarles que estaba embarazada y como solucionaron sus diferencias. Así como recordó las caras de sus amigos al enterarse de la llegada de ese bebé.También, el otoño le había traído de aprendizaje que la familia era aquella que uno elige y que demuestra que esta para ti en las buenas y en las malas. Sobre todo, con el tema de los padres de Okkotsu, a los cuales esperaba no ver nunca más y que con su cuñada, apenas empezaban a entablar una buena relación.Incluso el otoño la lleno de melancolía, porque el pasado siempre estuvo presente en esos meses. En especial con la fiesta de revelación de género de su bebé. Donde el recuerdo de sus dos bodas estuvo presente.Y ahora el invierno. Aquel frío invierno que por ratos hacía que sus cicatrices dolieran, pero que los besos y el amor de su marido le confortaban.Aquel invierno que le hizo valorar el calor y la unión familiar. Recordando que también contaba con el apoyo de Megumi y con el de Tsumiki.Incluso le hacía feliz y sentirse bendecida por tener a los amigos que tenía, aquellos que le llenaron la casa de felicidad la noche anterior a pesar que años anteriores, dicha fecha solo era el recuerdo de dos frías guerras.Si, muchos recuerdos vinieron a su mente mientras veía sus ojos a través de aquel espejo.—Como pasa el tiempo... — dijo aquello con una sonrisa aun sujetando el lavamanos —Quien diría que ese bebé del centro comercial predijo tu llegada.Pero rápidamente esa sonrisa se desvaneció una vez sintió como un líquido bajaba por sus piernas.En aquel momento, Maki sintió que su entrepierna se humedecía bastante, se miró rápidamente y notó una gran mancha de agua que empapaba por completo sus pantaletas y que seguía bajando rápidamente por sus piernas.En ese instante, una contracción de mayor gravedad se hizo presente y la hizo hacerse por un momento hacia adelante. Incluso apretó con mucha fuerza el lavamanos al grado de hacer que unas grietas aparecieran. Aquel dolor no era como los de antes. Definitivamente este dolor era una contracción real. Sentía como su cadera se abría pero desde dentro.Maki tomo un respiro y aflojo sus manos sobre aquel lavabo. Ella ya había roto fuente. Su bebé ya venía en camino.—Parece que quisiste darnos la sorpresa este día— gruño un poco porque ese dolor era como un cólico, pero uno muy fuerte.Maki llevo sus manos a su espalda baja y cerró los ojos un momento, tomo aire, respirando profundamente para no entrar en pánico.Abrió la puerta del baño y rápidamente le grito a su esposo. Ya que de nuevo, sintió dolor. Otra contracción se había hecho presente.—¡Yuta! — aquel fue un grito que a cualquiera asustaría por lo desgarrador que sonó —¡Ven Rápido!Aquel grito alertó al hechicero, quien apago el fuego y dejó de preparar lo que estaba haciendo para ir al llamado de su mujer. Realmente aquel grito lo había asustado.—¿Esta todo bien amor?— Miro el desastre que tenía está en su ropa interior —¿Te orinaste encima? ¿Necesitas que te ayude a cambiarte? ¿Te traigo ropa limpia? — pregunto preocupado.Ella negó con la cabeza. Su respiración era un poco errática.
—Esto no es orina...— Dijo Maki poniendo sus manos en su espalda baja —En realidad se me acaba de romper la fuente...— se quejó y apretó los ojos con fuerza y tomo un respiro, ya que el dolor seguía presente —¡El bebé ya viene!Yuta abrió demasiado los ojos de sorpresa al escuchar aquello. Incluso dejó caer el guante de cocina que había traído consigo.—¡Oh dios mío! —Ahogo un grito —¡Debemos ir ya al hospital!— dijo apurado. La preocupación se reflejó en su rostro. Debía mantenerse sereno para no desmayarse de la sorpresa.Ningún curso y ni ningún libro de paternidad le había preparado para este momento.Maki hizo un si con la cabeza.
—Llama a Azami san... dile que ya vamos en camino... — comentó ella con un leve temblor en los labios, en las manos y en las piernas.Era un manojo de nervios, tanto por el dolor como por la emoción que estaba viviendo. Y más que su restricción le hacía percibir todo al doble.Yuta se acercó rápidamente a Maki, la abrazo con cuidado rodeándola por el costado y le depósito un beso en la frente. Podía notarlo, ella estaba completamente nerviosa y él también. Pero debían actuar ya.—Todo estará bien amor— dijo conteniendo el miedo en su voz —Primero vamos a cambiarte de ropa, tomemos las maletas y enseguida llamaré al hospital.Maki lo abrazo, tenía miedo y más que otra contracción se hizo presente, tomando con fuerza la camiseta de su esposo.
—Y por favor — suplico —no te olvides de avisar a Shoko y a Utahime...— dijo con un hilo de voz.—¡Enseguida las llamaré! ¡Vamos! ¡Demonos prisa! ¡El bebé ya viene!—dijo Yuta apurado y con una sonrisa nerviosa. Él de verdad tenía los nervios de punta.
Después de diez minutos de poner en orden el papeleo necesario para ese día.Maki ya vestía una bata y en ese instante estaba acostada, con las piernas abiertas ya que estaba siendo revisada y monitoreada por Azami, mientras su esposo estaba a un lado de ella.—Bien Maki san— la doctora termino de hacer el tacto vaginal — ya llevas seis centímetros de dilatación. Al parecer ya estás en la segunda fase del trabajo de parto, así que ya estás dilatando más rápido y esa es buena señal— se levantó y se quitó los guantes.—¡¿Seis?!— pregunto Yuta asustado y ahogando un grito de sorpresa por escuchar ese número.
Quería desmayarse, pero la mano de su esposa le confortaba en aquel momento. Además, él debía ser fuerte para que ella no sintiera miedo o nervios.Maki suspiro—Supongo que esas incomodidades que sentía en la mañana eran las contracciones reales, aunque debo confesar que solo las sentía como calambres, no fue hasta que rompí fuente que empezó el dolor— comento esta mientras se sentaba con ayuda de su esposo.—Cada cuerpo es diferente. Así que quizás se deba a tu condición física, lo que hizo que no sintieras los dolores de las contracciones sino hasta este momento donde el trabajo de parto apenas va a la mitad — La doctora reviso los monitores, tanto el de ella como el que revisaba el pulso del bebé. —Y Si todo va bien, quizás antes de que llegue la noche reciban a su bebé. Aun así, debemos monitorearte ¿De acuerdo?Maki hizo un si con la cabeza.
—De acuerdo— tomo un respiro ya que otra contracción se hizo presente.Azami miro la serenidad con la que Maki estaba pasando aquel momento, mientras que Yuta, a pesar de haber tomado un respiró junto a su esposa, se veía bastante nervioso. Quizás él era el más nervioso de los dos.—De todos modos, debemos estar preparados y mentalizados para cualquier cosa ¿Entendido? Y eso va para ambos — explico la médico a ambos padres.—Entendido— contesto Yuta tragando saliva.—Igual Maki san, siéntete cómoda para caminar por todo el pasillo si así lo necesitas, eso podía ayudarte un poco con las contracciones. Además, que si sientes que necesitas la epidural, sabes que somos de los pocos hospitales que la administramos.—Siento que poder hacerlo sin la epidural— contesto Maki rápidamente, llevando sus manos a su gran barriga, y más que dentro de pronto se despediría de ella, así que debía disfrutar esos últimos momentos con su vientre de embarazada — siento que debo confiar en mi cuerpo y más que ya ha soportado mucho durante nueve meses.—De acuerdo, aquí vamos a respetar tu decisión de como quieras dar a luz— contesto Azami— Por el momento debo ir a atender a otros pacientes, también en un rato más las enfermeras pasarán para revisar tus signos y los del bebé así como traerán tu comida, aunque — miro a su colega, quien estaba sentada en uno de los sillones de aquella habitación, y a su lado estaba Utahime — Con Shoko aquí me siento tranquila. Ella también puede atenderte en caso de que se me atraviese algo— sonrió.Shoko se puso de pie y se acercó a aquella camilla donde estaba Maki.
—Así es. Puedes confiar en nosotras para este parto. Así que cualquier molestia que sientas no dudes en decirme ¿De acuerdo?—De acuerdo — contesto Maki mirando a esas dos doctoras.—Bueno, antes de que me retire por el momento...— Azami parecía seria — Okkotsu kun, Podría hablar contigo un momento afuera de la habitación ¿Por favor?Yuta hizo un si con la cabeza y se puso de pie—Claro — antes de moverse, le dio un beso a Maki en la frente. —Ya regreso.Su esposa le soltó de la mano con cuidado, mientras de nuevo otra contracción se hacía presente. Eso hizo que esta cerrará los ojos por un instante.—¿Cómo te sientes en este momento Maki san?— pregunto Shoko mirando a esa chica medio sentada en la cama, con la espalda recargada y el suero pasando por su mano.—La verdad me siento "bien", el dolor es soportable por el momento. Aun así — miro a ambas mujeres— Gracias a ambas por venir a estar a mi lado y perdón que haya sucedido en Navidad. Y más cuando en la academia hay mucho trabajo por esta tormenta invernal.Utahime también se acercó a ella.
—No tienes por qué disculparte y menos en el día en que tu bebé ya va a nacer. Además, dejamos encargados a otros en la academia, ellos pueden solucionarlo. Lo importante es que te sientas acompañada.—¿Pero y sus hijos?— pregunto Maki un poco preocupada.Utahime movió las manos de un lado a otro—Por eso no debes preocuparte. Satoru puede hacerse cargo de sus hijos de vez en cuando.—E Ijichi puede manejar perfectamente la academia— respondió Shoko con una suave sonrisa.Maki guardo un leve momento de silencio, mientras miraba la nieve caer afuera de la ventana de su habitación. Ahora estaba muy seria. —Y sobre lo que hablamos en caso de que llegara a pasarme algo...Shoko y Utahime se miraron rápidamente entre sí y después miraron a Maki.—No tienes nada porque preocuparte — Utahime le dio unas palmadas en el hombro — Vas a estar bien.—Además eres la chica más fuerte qué conozco y la más saludable. Vas a salir de esta perfectamente al igual que tu bebé, ambos van a estar bien— comento Shoko poniendo su mano en su hombro.—En serio, gracias a ambas por estar aquí— dijo Maki con una leve sonrisa que disfrazaba su miedo y dolor. Ya que otra contracción se hizo presente.Había escogido a esas dos mujeres como acompañantes porque las consideraba sus figuras maternas y sabía que no la dejarían sola en esta situación. Confiaba plenamente en ellas, y si algo llegara a ocurrir durante el parto, estaba segura de que ambas apoyarían a su esposo y a su hijo. Asi como confiaba en que ellas harían todo lo posible para que la situación no se saliera de control.—Si que está nevando afuera... — comento Maki mirando la nieve caer. Parecía ser una señal de que su semilla de soja iba a florecer en pleno invierno.Utahime y Shoko se miraron una vez más.—Y dinos Maki san ¿Como la pasaron ayer en la noche tu y Yuta? — preguntó Utahime para cambiar de conversación y distraerla un poco.
En cambio, afuera de la habitación, Yuta estaba hablando con Azami.La doctora tomo un respiro profundo.
—Bueno Okkotsu kun, ha llegado el momento más importante para ustedes dos como pareja y dime ¿Cómo te sientes en este momento? — pregunto.Yuta aflojo los brazos un poco, sus manos fueron a su cara.
—Super nervioso. Tengo miedo de que algo malo les pase a Maki y a mi hijo.—Todo va a estar bien. Tu hijo viene en buena posición y Maki está dilatando rápido, así que, si no hay complicaciones, su bebé nacerá antes de que acabe navidad. Parece que su bebé será su regalo de este dia— dijo Azami en una sonrisa para tratar de calmarle.—Si, es un lindo regalo de navidad —Yuta tomo un leve respiro de alivio.—Sin embargo, esto es algo que hablo con todos los padres que asisten al parto de sus mujeres— comento Azami ahora poniéndose un poco sería, eso hizo que Yuta hasta tragara saliva del miedo y su expresión se volvió de pura preocupación mientras escuchaba a esa doctora hablar.—Y eso es que en primera quiero que en todo momento conserves la calma si llegaras a ver a Maki gritar por el dolor o si llegara a desmayarse o si se queja demasiado, sé que todo eso podría llegar a alterarte, pero trataremos de hacer todo lo que está en nuestras manos para que el parto sea lo más humano y lo más cómodo para ella. Al igual que ella será la que tenga la última decisión de lo que se haga con su cuerpo ¿de acuerdo?—De acuerdo, pero no quiero que la hagan sufrir. No quiero que una mala práctica médica la lleve a un trauma o le haga recordar lo que vio en su clan con este tema de los partos y la violencia obstétrica— respondió él con seriedad.—Se hará todo conforme ella nos diga. Prometo que haré todo lo que este en mis manos para que este parto vaya bien y ella no sufra tanto. Aun así hay un tema más que debo tratar contigo.—¿Pasa algo?— pregunto Yuta sintiendo que el corazón se le saldría por la garganta.—Es sobre si llegara a pasar algo malo durante el parto.Yuta se congelo ante esas palabras que se temía escuchar.Azami siguió explicando.
—Como dije Okkotsu, haremos todo lo posible porque este parto vaya bien. Pero si llegara a ver alguna complicación mayor, llevaremos a Maki a quirófano de emergencia y haremos todo lo posible para salvarlos a ambos. Aun así — la doctora tomo un respiro.Yuta apretó los labios. Ya presentía lo que esa médico le iba a decir.—Si llegara a ocurrir un imprevisto donde tengamos que salvar la vida de uno de ellos dos... Okkotsu kun tu— fue interrumpida.—Yo quiero que salven a ambos, sin importar que — dijo con total seriedad —No me hagan elegir entre mi esposa o mi hijo— comento Yuta con total seriedad y con las manos echas puños.Azami suspiro.
—Solo es en un caso hipotético ¿De acuerdo? Aunque yo confío en que este parto será bueno. Será como esas flores que sobreviven y nacen en pleno invierno— dijo mirando por la ventana la ventisca que azotaba el hospital — porque bien dicen que esas son las más bellas y las más especiales.Aquellas palabras inquietaron a Yuta. Realmente estaba bastante nervioso por la situación y la tormenta invernal tampoco ayudaban a sus nervios.—Bueno Okkotsu kun, regreso en un rato a revisar como va Maki con las contracciones. Y repito, todo va muy bien por el momento, así que no debes porque preocuparte ¿De acuerdo? Ahora, con tu permiso— hizo una reverencia y aquella doctora se alejó para entrar a otra habitación.En cambio, Yuta se desmoronó por un momento y se sentó a llorar en las bancas que estaban a las a fueras de las habitaciones. No quería entrar y que su esposa lo viera en aquel mal estado, así que decidió tomar un respiro.Levanto la cara y miro al techo. Sabía que aquella médico no había dicho todo aquello de mala manera o para estresarlo más, sino que solamente quería que él fuera consiente de la situación y que de paso estuviera preparado para cualquier situación que pudiera pasar. Y más que como padre, él era el más nervioso con todo aquello que estaba sucediendo con su esposa e hijo. Porque, aunque él no estuviera dando a luz, aquella situación lo involucraba también y debía estar al pie del cañón.Ese día estaba lleno de sentimientos encontrados. Por un lado, se sentía feliz porque pronto tendrían a su hijo en brazos, y Maki finalmente podría descansar del embarazo. Sin embargo, al mismo tiempo, el miedo y la incertidumbre lo invadían. Ver a Maki sufrir con los dolores de las contracciones y enfrentar el temor a la muerte lo afectaba profundamente, al punto de sumirlo en la desesperación.Se preguntaba cómo miles de hombres podían enfrentarse a la difícil decisión de elegir entre salvar a su mujer o a su hijo. También se cuestionaba como es que muchos hombres vivían esta situación sin desmayarse o sin querer salir huyendo de ahí.Así que solo pedía al cielo que no tuviera que elegir esa tarde con esa cuestión y que todo saliera bien.De nuevo, sus manos fueron a su cara. Eso hasta que la voz de Utahime sensei le llamo la atención.—¿Okkotsu kun, estas bien?— pregunto está parada frente a él—¿Paso algo?Yuta rápidamente seco sus lágrimas, no quería que lo vieran llorar, aun así su cara mojada lo delató.—Perdón sensei... es solo que...— soltó un suspiro de disgusto— Confieso que estoy bastante nervioso. Esto del parto es algo... que...— su voz se quebró.—¿Es algo qué da miedo, cierto?— pregunto Utahime mientras se sentaba a su lado.Yuta solo hizo un si con la cabeza y de nuevo se soltó a llorar con las manos sobre el rostro.
—Sobre todo porque si llegara a pasar algo o el parto se llega a complicar, no quiero decidir entre la vida de Maki o de mi hijo...y yo...— sollozo.Utahime pudo ver realmente que Yuta estaba preocupado por esa cuestión. Aquella maestra le puso una mano sobre el hombro para darle consuelo.—No tienes por qué preocuparte, todo va a estar bien ¿La doctora lo dijo, no es así? Además Maki y tu hijo están estables en este momento, y tú deberías estar con ellos, brindándoles ánimo y palabras de aliento en lugar de torturarte con pensamientos negativos sobre cosas que no están ocurriendo.Aquellas palabras llamaron la atención del hechicero.
—Utahime sensei... perdone la pregunta pero ¿Usted y Gojo sensei como vivieron esto del parto?— pregunto con la voz rota. Las lágrimas seguían bajando por sus mejillas.Utahime primero contuvo el aire y después lo dejo salir lentamente.
—Bueno, en mi primer parto ese idiota llego hasta los últimos minutos — sonrió un poco — Digamos que Satoru llego en el momento justo cuando Takeru ya daba su primer respiro.—Y en el segundo...— la sonrisa de Utahime se desvaneció lentamente. Un pequeño nudo se había formado en su garganta.
—Con mi segundo bebé él estuvo conmigo en el procedimiento de dar a luz, sujetando mi mano y consolándome mientras sucedía todo aquello, pero... — suspiro — esa vez no hubo un llanto de vida. Aun así, admito que él fue muy fuerte en ese doloroso proceso, en el cual, trataba de no llorar.—Lo siento, no debí preguntar eso—Okkotsu se disculpó rápidamente.—Tranquilo, no debes porque disculparte y bueno, al final ese parto fue muy doloroso para ambos, pero lo que me paso a mí, no va a pasar con Maki ya que el bebé de ustedes dos viene lleno de vida — comento Utahime consolándolo con una suave sonrisa llena de esperanza.Siguió hablando —Y con esta Niji, todo fue bastante diferente porque Satoru estuvo conmigo desde la primera contracción, así como tu estas con Maki. Podía notarlo en los ojos azules de ese idiota, tenía miedo igual que tú, pero él siempre estuvo ahí al pie del cañón— miro a Okkotsu —Y eso mismo deberías estar haciendo en este instante, estar ahí dentro con Maki, tomando su mano, abrazándola y dándole todo el apoyo que ella espera y necesita de ti, así como se lo has dado a lo largo de este embarazo. Okkotsu eres un buen hombre y sé que serás un buen padre.—¿Usted lo cree?— Yuta se secó algunas lágrimas con las manos.—Lo he visto con mis propios ojos. Lo eres y ahora necesitas ser ese hombre.—Pero... — sollozo de nuevo —Tengo miedo.—Todos lo tenemos alguna vez. Pero en este momento, más que nunca necesitas ser valiente— observo como en aquella habitación, podía verse a Shoko ayudar a Maki caminar hasta la gran pelota que tenían, esto para ayudar a la dilatación y a los dolores — Así como Maki está siendo valiente a su modo.Rápidamente Yuta miro hacia la habitación y observaba como Maki estaba haciendo aquel ejercicio sobre aquella pelota. Observo como cerraba los ojos y tomaba un respiro. Esa era otra contracción. Podía notar a lo que Utahime sensei se refería. Maki tenía miedo y soportaba el dolor como podía, Yuta notaba el temblor que esta tenía en sus manos, pero también notaba como su esposa trataba de mantenerse fuerte y serena en todo momento.
Mientras tanto en aquella habitación.—Maki san lo estas haciendo muy bien. Dime ¿Como te sientes en este momento? — pregunto Shoko tomándole de las manos mientras esta estaba sobre esa pelota. Pudo notarlo, la estaba aquejando otra contracción por el espasmo en su vientre.—Me siento bien. No te preocupes Ieiri san, siento que puedo con esto, los dolores apenas y puedo soportarlos, quizás se deba a mi restricción — Dijo Maki abriendo lentamente los ojos. Mientras daba leves movimientos circulares de cadera sobre esa gran pelota.—Se que vas bien Maki san pero — La doctora le miró de frente mientras sujetaba sus manos—me refiero a ¿Cómo te sientes emocionalmente?— pregunto directamente.Maki tomo un respiro y bajo la mirada.
—Tengo sentimientos encontrados la verdad.... por un lado — llevo su mano derecha sobre su vientre — estoy emocionada porque por fin este embarazo está por llegar a su culminación y por fin voy a conocer a mi bebé, pero por otro lado...— soltó el aire en una mueca que parecía ser una mezcla de muchas emociones, su frente se tensó, sus cejas se juntaron y sus labios se apretaron —Tengo algo de incertidumbre y miedo por lo que pueda pasarme a mí... o a mi bebé...Shoko le acaricio la mano y después le dio un suave abrazo.
—Es normal sentirte así. Pero estas en buenas manos y tanto tu como tu bebé van a salir de esta— le apretó suavemente las manos en señal de apoyo —Ambos son muy fuertes y han sobrevivido a tanto. Y les falta mucho por vivir y disfrutar en familia.Maki sonrió por esas palabras, su rostro se suavizo y soltó unas lágrimas, las cuales seco con su mano libre.
—Gracias Shoko... me vas hacer llorar... y no quiero romperme en llanto, no aún hasta que nazca mi bebé.—No hay nada que agradecer. Y esperemos esas lágrimas sean de felicidad.Shoko sonrió un poco por esas palabras, sabía que Maki estaba guardando sus lágrimas, así que solo hizo un si con su cabeza mientras le seguía ayudando con aquellos ejercicios de cadera.
Mientras tanto, afuera de la habitación.—Ella está haciendo un gran trabajo— comento Utahime — Yo cuando tuve a Takeru me estaba quejando demasiado. Yo con seis centímetros ya andaba gritando de dolor y me sentía morir, en cambio, Maki lo está manejando muy bien.Yuta se puso de pie.—Ella me necesita al igual que mi hijo— seco unas lágrimas.—Te necesitan y de paso tu necesitas esto — Utahime se atrevió a darle un abrazo, uno que de verdad aquel hombre necesitaba en ese momento.Yuta tardo un segundo en reaccionar, para después corresponder el abrazo de aquella maestra, aquel gesto se sentía como el de una verdadera madre apoyando a su hijo.— En serio Okkotsu, los dos lo van a hacer bien como padres. Ya lo están haciendo muy bien— dijo aquellas palabras de ánimo.Aquella respuesta hizo que Yuta de nuevo soltara las lágrimas, y por el nudo en su garganta un "Muchas gracias" logró salir roncamente.Realmente aquel abrazo se sintió bastante reconfortante. Era el abrazo que simplemente necesitaba de alguna figura materna.—Ahora ve, Maki te necesita, igual Shoko y yo estaremos contigo y con ella en todo el proceso.—¡SI!— soltó Yuta secando sus lágrimas, tomo un respiro profundo y fue a aquella habitación.
—¿Esta todo bien? — pregunto Maki mirando a su esposo entrar de nuevo a la habitación — ¿Azami te dijo algo? ¿Por qué tardaste tanto?— se levantó con cuidado de esa pelota.Yuta se acercó a ella, le beso la frente y le abrazo con cuidado mientras ella se mantenía en pie.
—Todo está bien amor. Ella solo dijo que vas muy bien y que el bebé viene en buena posición. Y perdón por tardar, solo estábamos hablando del paquete que compramos en este hospital. El cuál es el mejor de Tokio.Maki lo abrazo y sintió su mentón húmedo.
—¿Yuta, Estabas llorando?— pregunto mirando a su esposo.—Solo solté algunas lágrimas de felicidad — Beso fugazmente sus labios.Maki respondió a aquel beso, pero despego sus labios y sus ojos se cerraron con fuerza. De nuevo otra contracción.—Las contracciones se están empezando a hacer más frecuentes...— Shoko miro su reloj, ahora eran cada siete minutos — Supongo que será cuestión de horas para que su bebé nazca.Maki soltó el aire con dolor, en cambio, Yuta le abrazo por la espalda, sujetándole las manos sobre su vientre.
—Todo estará bien amor, aquí estoy contigo— le dijo al oído de manera calmada y firme.—Podemos hacerlo juntos.Maki hizo un si con la cabeza, apretando sus manos —Lo lograremos. Yo se que si— dijo con una leve sonrisa, conteniendo las lágrimas, mientras su esposo la confortaba, abrazándola y moviéndose suavemente y le tarareaba una melodía que ella conocía.Aquella melodía, le hacía mantener la calma y ayudaba un poco con el dolor.
04:50 p.m.Las horas pasaban y con ellas las contracciones se hacían cada vez más fuertes y frecuentes.Para aquella hora de la tarde, la tormenta invernal se había calmado muy levemente, dejando ver levemente el sol, el cual no tardaría en empezar a esconderse.Maki ya estaba de regreso en su habitación, ya que así como le habían recomendado y como es tradición allá, el movimiento era importante. Así que se la había pasado dando algunas vueltas, caminando por aquel piso apoyada en su esposo.Incluso también ya había sido revisada en un par de ocasiones tanto por Shoko y Azami, quienes le decían que ya faltaba muy poco para llegar a los diez centímetros que eran necesarios para dar a luz.Además, que su esposo tambien le había animado a comer y a beber un poco de agua para recuperar fuerzas y continuar con aquel proceso.En aquel momento justo después de ingresar a su habitación porque habían dado una vuelta más por aquel pasillo, ambos se detuvieron y Maki se sujetó del barandal de la cama. Su cuerpo dolía ya que aquella contracción fue mucho más fuerte que la anterior.—Amor ¿Cómo te sientes? ¿Quieres que llame a Azami?— pregunto todo preocupado.Maki negó con la cabeza.
—Me siento un poco cansada, pero — sintio una contracción más —Se que debo dar mi último esfuerzo. Este bebé ya no tarda en nacer. Lo presiento.Yuta hizo un si con la cabeza. La preocupación le invadía, pero debía mantener la calma.En ese instante, donde ambos estaban parados a un lado de la cama, la vista invernal había llamado su atención.La nieve seguía cayendo, al igual los vientos helados chocaban contra las paredes.Maki suspiro.
—Si que este bebé vino a nacer en medio de una ventisca — comento apoyando aún sus manos en el barandal de la cama.—Quizás esa sea una señal de que nuestro hijo será muy fuerte así como este viento invernal— Yuta dejó su mano sobre la espalda baja de su esposa y le dio unos leves masajes en esa zona, de paso, se había puesto a un lado de ella para evitar que se cayera. —Debe ser una señal de que este bebé será igual de fuerte que tú.Esas palabras hicieron que Maki sonreirá —Definitivamente este bebé será igual de fuerte que ambos...— dijo sintiendo como aquel dolor incrementaba y tomaba con fuerza las sábanas.Yuta miro un momento más el cómo aún con esa nieve, podía verse el sol entre las nubes.Aquella escena le recordaba algo muy especial.
—Un sol brillante en una tarde de invierno...— dijo en voz baja.—¿Qué?— soltó Maki con confusión por esas palabras.—Dije "un sol brillante en esta tarde de invierno"— Dijo Yuta tomando la mano de Maki— Ese fue mi pensamiento al verte aquella vez en aquel salón de clases antes de nuestra pelea contra Geto.Maki sonrió levemente por eso.
—¿En serio?— hizo una pausa recuperando el aliento.— ¿Pensaste eso de mí?—Si e incluso en este momento pienso que lo eres— beso su frente.—¿Por qué nunca me lo habías dicho antes?— pregunto Maki con curiosidad, aquello le había distraído un momento de todo el dolor.—Por qué en este mismo momento, en esta fría tarde invernal, tú eres ese sol que se alcanza a ver en el horizonte aun con esta tormenta de nieve — dijo Yuta tomándola de ambas manos. Mirando un poco hacia la ventana donde el sol seguía brillando aún con la nieve, la cual empezó a caer de nuevo con más fuerza.—Te amo...— susurro Maki tomando un respiro profundo, soportando el dolor. Aquellas palabras la habían conmovido.—Y yo te amo a ti, mi brillante sol en un cielo de invierno— contesto Yuta, dándole un beso en los labios, el cual fue correspondido por su esposa.La suave sonrisa de Maki por aquel beso, ahora se había vuelto una mueca de total dolor que hasta la hizo retorcerse un poco hacia el frente. Aquello había sido tan violento que incluso interrumpió el beso.—¡Maki! ¿Estas bien?— pregunto su esposo muy preocupado viendo como las piernas de esta temblaban demasiado y se doblaba un poco de dolor.Aquella peliverde bajo una mano y la metió entre su bata y sintió entre sus piernas como estaba lista ya para dar a luz, había sentido la cabeza de su bebé. Este ya estaba coronando. Ya tenía la necesidad de empezar a pujar.—¡Ve rápido por Azami y Shoko! — el dolor volvió y con ellas las ganas de pujar —¡El bebé ahora si ya viene! ¡Ya siento que está bajando!— Grito Maki.Eso alertó a Yuta, quien primero ayudó a Maki a subirse a la camilla y después salió disparado a buscar a las doctoras y a Utahime.Maki se acomodó medio sentada y con las piernas abiertas, así se sentía en ese instante cómoda para empezar a pujar.—Vamos mi semilla de soja — apretó las manos alrededor de los barandales de su camilla—Podemos sobrevivir a esto — Tomo un respiro — Ya quiero conocerte — Dijo con lágrimas en los ojos por el dolor. Tomo un respiro más.Yuta regreso corriendo tanto con Azami, Shoko y Utahime detrás de ellas, así como con dos enfermeras más.—¡Ya están aquí amor!— Yuta corrió a su lado derecho y le tomo la mano.—Todo estará bien.—Tengo miedo...— Maki hizo una mueca de total dolor.Yuta le beso la mano. Trataba de no llorar.—Todo saldrá bien. Lo harás bien. Aquí me tienes, sujeta mi mano muy fuerte.—¿Y si te la rompo? ¡Agh!— Maki se quejó, el dolor era intenso. Era el dolor físico más fuerte que había experimentado en su vida.—No importa, mi técnica inversa hará lo suyo—Yuta sujeto la mano de su esposa —Tú Puja amor, yo aquí estoy para apoyarte en todo esto y no te dejare sola.—Muy bien Maki, ya llegó el momento — comento Azami lavándose rápidamente las manos, después las enfermeras le ayudaron rápidamente a ponerse la bata y los guantes.—Ya empiezo a ver a tu bebé.También Shoko se alistó para ayudar a su colega.—¡Siento que necesito pujar!— contesto Maki gruñendo.—¡Hazlo! Estamos listas para recibir a tu bebé, Maki san— comento Shoko.—Puja.Eso empezó a hacer Maki mientras sujetaba con demasiada fuerza la mano de Yuta. —¡Vamos mi amor! ¡Tú puedes! ¡Aquí estoy contigo!— comento Yuta con lágrimas en los ojos, le dolía ver a su esposa sufrir de esta manera. Aun así debía mantener la calma como Azami le había recomendado.Maki de verdad le estaba sujetando muy fuerte la mano a su esposo, al grado que este sintió que se la rompió a la primera. Pero no importaba, su técnica le curaba los huesos mientras su esposa sujetaba con más y más fuerza su mano.— ¡Lo estás haciendo muy bien!— contesto Utahime a su lado izquierdo viendo aquel procedimiento. Su mano estaba sobre la de Maki, quien estaba sujetando con mucha fuerza el barandal de la cama que incluso lo estaba aplastando con facilidad—¡Inhala y exhala! ¡la cabecita ya está a punto de salir!—Vamos Maki, Puja una vez más — comento Azami.Maki volvió a pujar y sentía quedarse sin aire.—Siento que ya no puedo...— sollozo un poco.—Si puedes con esto mi amor— comento Yuta tratando de contener las lágrimas — Puja.—¡Para ti es fácil decirlo Yuta! — Maki se quejó en voz alta y le lanzo una mirada asesina— ¡Tú me hiciste esto!— Gruño volviendo a apretar la mano de su esposo con demasiada fuerza que se la rompió una vez más.—¡Lo siento mi amor!— dijo Yuta siendo un mar de lágrimas, tanto por los nervios de la situación así como por el dolor de su mano ya que Maki se la apretaba con una fuerza descomunal— ¡Te prometo que si solo quieres que este sea nuestro único hijo lo respetaré! ¡Yo voy a ser el que se haga la vasectomía!— trato de calmar a su esposa con esas palabras. Sabía que ella decía todo eso por el estrés y el dolor del momento.Maki volvió a romperle la mano, pero Yuta se la curo sin dejarla de sujetar. La peliverde tomaba aire como podía y pujaba.—Una vez más Maki, la cabeza ya se está asomando, tu bebé sí que tiene mucho cabello— Shoko le ánimo.—¡¡Agh!! ¡Para ustedes es fácil decirlo! — se quejó una vez más —¡Siento que una sandía está saliendo de mi vagina!— gruño.—¡Yo sé cómo te sientes en este momento Maki! — Utahime le llamo la atención —¡Yo parí a tres bebés! ¡Aun así Vamos, tú puedes!— le dio ánimos —¡Se que sientes que estas pariendo una sandía! Pero al final valdrá la pena, ese bebé está muy cerca.Y aquella peliverde así lo hizo, pero sentía que la vida se le iba en eso. Ya que miles de recuerdos de su embarazo empezaron a venir a su mente.Tomo un momento para recuperar fuerzas, sentía todo a su alrededor moverse en espiral y el tiempo transcurrir lentamente.—¡Una vez más! ¡Ya casi está fuera su hombro!Maki tomo fuerza de lo más profundo de su ser, miles de recuerdos venían a su mente mientras respiraba y se preparaba para pujar una vez más.En ese instante de agonía, recordó a Mai, recordó a su madre, recordó su pasado, sus peleas internas, sus sufrimientos... todo aquello que debía dejar atrás para poder vivir una nueva vida al lado de su bebé.—¡Una vez más amor! ¡Tú puedes, nuestro bebé ya casi está aquí! ¡Todo esto ya pronto terminara! — dijo Yuta con demasiadas lágrimas en los ojos. La mano de Yuta ya estaba bastante lastimada, aun así, seguía siendo su mayor apoyo.En ese instante donde tanto el dolor era insoportable como también afuera la tormenta invernal estaba en su punto más crítico, la mente de Maki se llenó de recuerdos, especialmente de los momentos más felices que había compartido con el hombre que eligió como esposo. Esos instantes, llenos de alegría y risas sinceras, desfilaron por su mente mientras se esforzaba una última vez.Maki tomo un respiro más, sentía que sus lágrimas bajaban por sus mejillas y se mezclaban con el sudor que le cubría todo el cuerpo.—¡Puja una última vez, Maki san!— dijo Azami .En aquel momento, Maki tomo un respiro profundo. En ese instante pensó en todos los lugares donde quería ir junto a su bebé y junto a Yuta.Quería ir a la playa de Atami una vez más. Quería ir al acuario con ellos dos, quería compartir una nieve con su hijo y su esposo, quería hacer todo lo que nunca hizo con su madre y con Mai.Maki se sentía desfallecer, se estaba quedando sin fuerzas y sin aliento. Sentía que no iba a sobrevivir a aquello.—Tú puedes... Maki...— le susurro aquella femenina voz que conocía bastante bien y que era de esa persona que siempre la cuidaba desde el más allá y que sabia, no permitiría que fuera con ella muy pronto.Y así, aquella peliverde, tomando lo último que le quedaba de fuerzas, pujo una última vez.Al final, el invierno siempre será más cálido en compañía de tus seres amados. Y así estaba a punto de ser ese momento donde después de aquel último pujido, por fin la habitación se llenó del llanto de aquel bebé.—¡Ya nació!— dijo Azami con una gran alegría en su voz —¡Felicidades, es un niño!Maki al fin suspiro de alivio e incluso aflojo su agarre del barandal y de paso soltó la ya lastimada mano de Yuta. Su vista era un poco borrosa, pero se sentía bien, sentía una gran alegría y un gran alivio, mientras las enfermeras descubrían levemente su pecho para hacer el primer contacto piel a piel con su pequeño.Después de limpiar una vez más la nariz y la boca de ese niño, quien lloraba con gran fuerza, Azami puso a ese bebé sobre el pecho semi desnudo de Maki sin aún cortar el cordón.—Bienvenido, mi pequeño —susurró Maki con una amplia sonrisa, mientras posaba sus manos sobre la espalda de su recién nacido, quien lloraba con fuerza— Lo logramos, mi pequeña semilla de soja... finalmente, después de cuatro estaciones, al fin nos conocemos...— acercó su mejilla a la cabeza de su bebé, mientras ella se soltaba a llorar con más fuerza y alegría— ...Al fin estas aquí... — ya era un mar de lágrimas. Yuta también estaba inundado en lágrimas de felicidad. —Lo hicieron increíble, los amo a ambos— susurró, depositando un tierno beso en la frente de su esposa. Y con delicadeza, colocó su mano sobre la de ella, la cual descansaba en la espalda de su pequeño recién nacido, quien lloraba mientras las doctoras lo atendían y revisaban.Incluso Yuta tuvo el privilegio de cortar el cordón umbilical de su hijo, un momento que vivió con inmensa alegría.Utahime y Shoko, quienes intercambiaron una gran sonrisa, también secaron sus lágrimas de felicidad al ver a esa familia.Y así, aquel 25 de diciembre, a las 05:10 p.m. había nacido el primer primogénito de esos dos. Un niño muy sano.Ambos recién convertidos en padres se miraron a los ojos e intercambiaron una sonrisa llena de felicidad y lágrimas.Yuta le dio un suave beso a Maki en los labios, mientras estaban atentos a los primeros cuidados y al contacto piel con piel de su bebé.Definitivamente, aquel suceso había sido el mejor regalo de navidad para esos dos. Incluso la tormenta invernal se había calmado.
Espero les haya gustado ❤¡POR FIN! ¡SEMILLA DE SOJA HA NACIDO Y TODO HA SALIDO MUY BIEN! ❄❄👏🏻👏🏻Qué más puedo decirles, la verdad me divertí escribiendo este capitulo y mas que ya estamos a muy pero muy poco del final de esta historia. Así que para mí, este capítulo ha marcado un antes y un después.Este capítulo para mí fue muy especial como escritora ya que fue como un respiro de vida.Y bueno, decidí que semilla de soja naciera el 25 de diciembre para así, darle un nuevo significado a ese día tanto para Maki como para todos los demás. En el siguiente capitulo conocerán que nombre llevara este pequeño 💙 así como sabrán a quien de sus padres se parece más. Bueno, sin más, se despide Vera ❤ Nos seguimos leyendo.Estaré leyendo sus comentarios❤
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25 de diciembre 🎄Maki gruño levemente mientras se sentaba en el borde de la cama. Miro el reloj que tenía en su mesa de noche, el cual marcaban las 05:37 a.m.Todavía no entraban los primeros rayos de sol por las cortinas, y afuera, la nieve seguía cayendo con una delicadeza casi irreal.Maki se frotó la parte baja de la espalda, donde un leve pero punzante dolor se extendía hacia su vientre. Lo percibía como un calambre, aunque sentía los movimientos y las patadas de su bebé más intensos. Toda aquella combinación la habían despertado.—Estas muy inquieto... más de lo normal...— susurro sobando su vientre.Pensó que quizás aquel leve dolor debía ser una falsa contracción como las que estuvo teniendo días atrás. Sobre todo notaba que cuando le daba frío es cuando más le dolía el cuerpo.Aquel invierno sí que estaba haciendo de las suyas. Nieve por todas partes y una muy baja temperatura a fuera. Aun así, Yuta había dejado el termostato a una agradable temperatura para que ella no sintiera molestias.De nuevo, Maki sintió a su bebé moverse acompañado de una presión en la parte baja de su vientre.—No me des cabezazos— gruño ante tal presión —Quizás estas así de inquieto por la cena— le dijo a su bebé mientras se levantaba de la cama. Sintió el frío en la planta de sus pies mientras se ponía las pantuflas.Una vez se levantó de la cama, arrastro los pies y camino a paso lento hasta el baño.
Después de orinar y de lavarse las manos, regreso con cuidado a la cama, recargando su espalda contra las almohadas y semi acostándose ya que a veces le costaba respirar debido a su gran vientre.Aun así, la inquietud persistía. Y de nuevo, esa leve punzada la obligó a sentarse nuevamente en el borde de la cama.—¿Estas bien?— pregunto Yuta, parpadeando de sueño al notar como Maki estaba en la orilla, sobando tanto su vientre como su espalda baja.—Estamos bien, solamente sentí un espasmo, debe ser una de esas contracciones de Braxton— dijo volviéndose a acomodar con mucho cuidado en la cama, acostándose de lado mirando a Yuta, quien la volvió a cobijar.—¿Quieres que te dé un masaje o que llame a Azami?— pregunto él un tanto preocupado pero al mismo tiempo cayéndose de sueño. Sus ojos y apenas podían mantenerse abiertos.Maki negó con la cabeza y acaricio el rostro de su esposo. El cansancio acumulado le estaba pasando factura a este.
—Estamos bien, debe ser la cena lo que hizo que él bebé esté inquieto. Ya me dio varios codazos y patadas.Yuta bostezo—Esta bien mi amor...— arrastro las palabras mientras se acomodaba al lado de su esposa —Cualquier cosa, avísame, aquí estoy para— bostezo de nuevo — cuidarte... — susurró antes de volver a quedarse dormido.Este había puesto con cuidado sus manos sobre aquel gran vientre, mientras Maki le tomaba la mano con delicadeza. Realmente él pobre estaba cansado y más que estuvo yendo los anteriores días a misiones de último momento, pero al mismo tiempo, estaba al tanto de todo lo que sentía y lo que le pasaba a Maki y a su hijo. Realmente estar 24/7 alerta era cansado y más cuando se estaba esperando la primera señal de que aquel bebé ya venía en camino.Maki miro con ternura a su marido, esta no quería preocuparle. Pero aun así, ella se sentía "extraña", como si su cuerpo le advirtiera que el momento de parir estaba muy cerca.—Te amo... gracias por todo...—susurró mientras acariciaba el cabello negro de su esposo, deslizando suavemente sus dedos entre sus mechones. En su mente, imaginaba que quizás esa pequeña semilla de soja podría ser muy parecido a él.Después de unos minutos, Maki de nuevo trataba de dormir un poco, pero aquella extraña sensación en su cuerpo le volvió. Pensó que quizás podría ser algo de ansiedad o cansancio.—Como desearía que ya estuvieras aqui con nosotros...— susurro en voz muy baja, mientras de nuevo veía a Yuta dormir profundamente con sus manos sobre su enorme vientre, donde parecía estarlos protegiendo a ambos.De verdad, Maki se preguntaba cuanto faltaba para que su bebé decidiera nacer. Y quizás aquella respuesta la descubriría horas más tarde.
11:57 a.m.Después de desayunar, Maki se recostó en la alfombra, admirando una vez más el árbol de Navidad.Por una razón que ni ella misma comprendía, Maki sentía el deseo de seguir observando las luces navideñas que habían colocado el día anterior en el árbol. Se deleitaba viendo cómo los focos destellaban, cambiando de rojo a azul, de azul a amarillo, y de amarillo a verde. Era un espectáculo tan hermoso que nunca había tenido la oportunidad de presenciar en su clan.La Navidad siempre había sido un día como cualquier otro para ella, ya que en su clan nunca celebraron dicha tradición extranjera. Lo único que realmente recordaba de esa época del año era el frío implacable, con la nieve cayendo en grandes cantidades. Ni siquiera varias capas de kimonos, futones y cobijas lograban disipar el helado invierno que envolvía todo a su alrededor.Y en la academia, la Navidad nunca fue motivo de celebración, especialmente después de que dos guerras ocurrieran en la misma Nochebuena, pero con tan solo un año de diferencia.
Así que el 25 de diciembre se había transformado en un día dedicado a seguir curando a los heridos y a hacer el recuento de los estragos causados en las batallas contra Geto y Sukuna.Y el año pasado, en la que debía ser su primera navidad como ya una pareja de casados, no lo festejaron debido a que ambos habían tenido misiones por separado y no se vieron hasta casi año nuevo.Así que aquella era su primera navidad juntos como una familia.Maki yacía recostada sobre su costado izquierdo, con una suave almohada circular bajo su cabeza. Su mano derecha acariciaba con ternura su abultado vientre, mientras contemplaba los regalos que había recibido la noche anterior.De nuevo, aquella rara sensación la invadió, era como una mezcla de felicidad con un poco de incertidumbre.Al mismo tiempo tenía mucha curiosidad por aquellos regalos bajo el árbol, quería saber que tanto había dentro de ellos.—¿Así se sentirá la navidad? — se cuestionó ante tal nuevo sentir.Después un suspiró de paz e ilusión salió de su pecho —Nuestra primera navidad como familia...— dijo con una gran sonrisa.Quizás de eso se trataba la navidad, de sentir una gran alegría y paz. Incluso el ambiente tenía una tranquilidad muy hogareña. Una que deseaba no acabara nunca.Pero aquella tranquilidad en soledad fue interrumpida por el grito de su esposo entrando al departamento.—¡Perdón por tardar!— Yuta llegó a casa junto a unas bolsas de supermercado.
—Si que está haciendo mucho frio acá a fuera, pero— sonrió sacando una pequeña caja — pude encontrar el chocolate que tanto te gusta, así que enseguida les preparare unas tazas de chocolate caliente — dijo quitándose la bufanda.En aquel momento, Maki se sentó con cuidado en la alfombra.
—¿Cuándo se supone que debemos abrir los regalos?— pregunto inesperadamente.Rápidamente Yuta corrió a auxiliarla. Ayudándole a levantarse para sentarse en el sillón.—mmm no lo sé. Como nunca abrí regalos este día, supongo que la tradición es abrirlos a la hora que uno quiera ¿No crees?— comento con una sonrisa mientras su mano acariciaba el vientre de su esposa.Maki mordió suavemente el interior de su mejilla. Esa respuesta no le convencía.—O Podríamos guardarlos hasta que el bebé nazca y así podríamos abrirlos cuando él ya esté aquí en casa con nosotros— sugirió Yuta.—Esa podría ser buena idea aunque... — después bajo un poco los hombros— Yuta ¿Tú crees que al bebé le gustaran sus regalos?— pregunto Maki sin dejar de mirar al árbol.El hechicero sonrió —Yo sé que le gustaran y de paso todos estos regalos nos ayudarán a nosotros a entretenerlo y a jugar con él — beso la mejilla de su esposa.—Espero mínimo tengamos el tiempo suficiente para jugar con él una vez regresemos a las misiones — se miró el vientre — No me gustaría perderme esa etapa— Maki suspiro.—Yo sé que tendremos el tiempo suficiente para jugar con él y de paso para convivir en familia los tres— consoló Yuta—Y ahora que estamos hablando de regalos...— se puso de pie y fue rápidamente a su habitación.A Maki le pareció extraño ese comportamiento y más cuando Yuta regreso con las manos en la espalda y se puso frente a ella en aquel sillón.—¿Qué sucede?—Tengo un regalo para ti, Maki san — dijo sentándose a un lado de ella.—¿Un regalo para mi?— se apuntó con su dedo índice —¿Estás hablando en serio?— una pequeña risita nerviosa salió de su garganta.—Si. Como es nuestra primera navidad juntos, quería regalarte algo especial— Yuta sonrió tiernamente.—En serio me estas sorprendiendo demasiado y más que debo confesar que este sería el primer regalo de navidad que me dan en la vida— Maki tenía un leve sonrojo en las mejillas y una pequeña sonrisa.—Espero te gusté, pero sobre todo, ya aprendí mi lección— comento Yuta aun escondiendo aquella cajita detrás de su espalda.—¿Lección? — Maki elevó una ceja. —¿Cuál lección?—Si, mi lección aprendida es sobre que un regalo así de especial debería ser un momento único entre los dos y no se necesita muchas cosas que adornen el lugar o mucha gente mirándonos.—OK ahora me estas asustando. ¿Ya me dirás que traes ahí? — Pregunto Maki con intriga.En ese momento, Yuta sacó la pequeña cajita y la fue abriendo despacio.Maki sentía que el corazón se le saldría del pecho y su rostro se suavizo al ver aquel anillo muy similar a su anterior anillo de matrimonio. Incluso sintió a su bebé patear por aquella emoción compartida.—¿Un anillo?— pregunto con sorpresa.Yuta tomo la mano de Maki —Fushiguro kun me dijo en su momento que cuando perdiste el anterior anillo lloraste demasiado.Maki tenía el rostro rojo tanto por la emoción como del enojo porque Megumi le hubiera contado eso a Yuta.Soltó el aire con fuerza.
—Si, admito que lloré mucho ya que en esa misión lo perdí. Fui una tonta por no haberlo guardado ese día.—No debes porque sentirte mal por eso que ya fue— Yuta tomo el anillo nuevo entre sus dedos —¿Puedo?— pregunto con una sonrisa.Esta hizo un si con la cabeza.
—Puedes — le ofreció su mano con una gran sonrisa.—Maki san, recibe este anillo como muestra y reafirmación de todo mi amor hacia ti— dijo mientras deslizaba aquel anillo en el dedo anular de su esposa.La peliverde no podía dejar de sonreír.
—Es hermoso... y de verdad, lo siento por haber perdido el anillo anterior...— sus labios se apretaron un poco.Yuta le tomo del rostro, sujetándola con suavidad de la barbilla y le dio un beso en los labios.
—No tienes por qué disculparte, eso ya fue cosa del pasado. Y más que fue un accidente — deposito otro beso — Ahora acepta este nuevo anillo como mi regalo de navidad.—Prometo que lo cuidare mejor — Maki correspondió al beso y después suspiro — Pero ahora me voy a sentir mal porque yo no te compre ningún regalo de navidad.Su esposo sonrió y puso sus manos en su vientre.
—Tú ya me estas dando el mejor regalo del mundo y es esto de ser papá — depósito otro beso más en los labios de su esposa.—Bueno, pues este regalo — Maki apunto a su gran barriga — sí que está tardando mucho en salir de su envoltura— hizo un leve puchero.Yuta río por esas palabras.— Ya que hablamos de regalos de navidad. ¿Qué te parece si te preparo algo de chocolate caliente como se te había antojado y mientras lo bebemos abrimos los pocos regalos que son nuestros? Los chicos también nos dieron algunos regalos a nosotros.Maki sonrió levemente —Me parece buena idea...— esa sonrisa ahora parecía una mueca de incomodidad.De nuevo se quejó levemente al sentir una punzada en su vientre y unas ganas enormes de ir a orinar.—¿Estas bien?— pregunto Yuta con preocupación al ver de nuevo a su esposa con ese leve dolor que le venía aquejando más desde la madrugada.—Lo estoy, es solo que me dieron demasiadas ganas de ir a orinar— estiro sus manos hacia su esposo— ¿Me ayudas a levantarme? Por favor— suspiro— Cada día me estoy sintiendo más pesada — dijo está en un puchero. De nuevo aquella extraña sensación recorrió su cuerpo. Era como si debía estar alerta de algo. —Además este bebé a cada rato presiona con más fuerza mi vejiga.Yuta le ayudo primero a ponerse sus pantuflas y después a levantarse de aquel sofá.—¿Necesitas más ayuda?— preguntó Yuta al ver a Maki caminar apresurada hacia el baño, con las manos en la espalda baja.—Si necesito ayuda yo te gritaré, por el momento debo llegar al inodoro — dijo está apurando el paso.
Maki una vez terminó de orinar, se lavó las manos y se miró una vez más frente a ese espejo que tenían en su baño.Se había quedado en pantaletas, ya que se había quitado los pantalones debido al calor que de un de repente le estaba aquejando.Realmente aquel día se sentía más extraña de lo normal. Era como si su restricción se agudizara el doble y todas las sensaciones las sintiera a flor de piel a cada instante.¿Acaso su cuerpo solo le estaba preparando para lo que ocurriría aquella tarde?Maki se miró de costado en el espejo que tenían frente al lavamanos, levantó su camiseta hasta arriba de su barriga, observando cómo había cambiado en esos nueve meses. Las pocas estrías que se le habían formado, se combinaban con sus cicatrices. Aún era sorprendente para ella como el cuerpo femenino podía cambiar tanto en nueve meses.Incluso sentía que en todos esos meses ella de un modo u otro también cambió tanto emocional como mentalmente.Quien diría que ahora con la llegada de ese bebé, ella también florecería.Puso un momento sus manos sobre los costados del lavamanos, recordando que hacía específicamente ocho meses atrás, en ese mismo baño había descubierto que estaba embarazada.—Como pasa el tiempo...— se dijo en voz baja, aun mirándose al espejo de frente, donde empezó a sumergirse en sus recuerdos, sentía como si dichas memorias pudiera verlas reflejadas en aquel vidrio.Recordó el cómo se sintió esa vez cuando todo comenzó. Cuando "gracias" a ese bebé al que ayudo a abrazar y que lloro en sus brazos, fue que descubrió que estaba embarazada.Por un momento recordó las palabras de aquella mujer en ese supermercado.
"Si un bebé rechaza a una mujer, es porque sienten a otro bebé en camino".Una sonrisa se formó en su rostro al recordar esa frase que dio inicio a toda esta travesía mientras acariciaba su vientre.La primavera le había enseñado como lección el aceptar las cosas. Sobre todo a pensar en que si aquello era lo que realmente quería.También recordó cuando aquella noticia se la había dado a Megumi y como este le había puesto los pies en la tierra sobre que solo ella era la que tenía la decisión final sobre si debía o no tener a ese bebé.Donde después de pensarlo determinadamente y de después de ver aquella ecografía, fue que al final fue ella misma quien decidió dar sus frutos. Incluso recordó que ella había sido quien le había puesto de apodo a ese bebé como "semilla de soja". Un apodo que le gustaba mucho a ella.También recordó aquella platica en el tren bala con esa desconocida mujer sobre ser madre. Incluso Maki en ese momento se preguntaba como estaría ella y sus hijos. Tal vez estar en aquel mismo tren en aquel momento de su vida solo fue una coincidencia del destino para reafirmarle sobre su decisión de ser madre.Una decisión que ella había tomado desde lo más profundo de su ser.También recordó la primera misión que ella y su ahora semilla de soja habían tenido en aquel hotel, donde a pesar de los golpes, ambos habían logrado eliminar a esa maldición.Inclusive recordó aquel momento donde Mai se le apareció aquella vez en Atami mientras ella estaba inconsciente. Ahí donde Mai le explicó que cambiar de opinión no está mal cuando se es un adulto, porque también esa es una señal de maduración y de sabiduría.Su corazón había dado un vuelco al recordar ese momento con su hermana en aquel limbo.Mientras seguía mirándose al espejo, los recuerdos de aquella primavera seguían inundando su mente. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro al revivir el momento en que le dio la noticia de ese embarazo a Yuta junto al mar de Atami.En lo más profundo de su ser, deseaba haberle dado esta noticia de otra manera, pero todo el amor y él apoyó incondicionalmente que Yuta le dio durante todos esos meses le brindaba un gran consuelo.Después empezó a recordar lo turbulento que había sido el verano después de aquel descubrimiento. El cómo apenas se estaba acostumbrando a los cambios que estaba presentando en su cuerpo.Definitivamente aquella había sido la estación más difícil para esos dos.Pensó en como las fuertes lluvias y los violentos vientos de su forma de ser, así como las granizadas provocadas por las promesas rotas, casi acababan con su matrimonio.El cómo por esconder su embarazo de los demás pensando en el perjuicio, su vida y la de su bebé se vieron en serio peligro por aquella maldición.Pero bien dicen que después de la tormenta viene la calma, calma que por momentos la acompaño durante el otoño.Aun así, podían presumir que sobrevivieron a un peligroso tifón, el cual después se convertiría en un arcoíris, recordando que la tormenta y los problemas siempre se acaban y se resuelven en algún momento del verano.Mientras aún miraba su reflejo y acariciaba su vientre, recordó todos los sucesos que tuvo durante el otoño. Sobre todo, porque está melancólica estación siempre marcaba el principal camino hacia la maduración.Aquella donde las hojas caen para dar paso al cambio. Aquella estación que siempre nos recuerda que para que los árboles den sus frutos, estos deben despojarse de sus miedos y de sus antiguos frutos y hojas para dar paso a las nuevas que nacerán después del invierno.Recordó la pelea que tuvo con Nobara después de revelarles que estaba embarazada y como solucionaron sus diferencias. Así como recordó las caras de sus amigos al enterarse de la llegada de ese bebé.También, el otoño le había traído de aprendizaje que la familia era aquella que uno elige y que demuestra que esta para ti en las buenas y en las malas. Sobre todo, con el tema de los padres de Okkotsu, a los cuales esperaba no ver nunca más y que con su cuñada, apenas empezaban a entablar una buena relación.Incluso el otoño la lleno de melancolía, porque el pasado siempre estuvo presente en esos meses. En especial con la fiesta de revelación de género de su bebé. Donde el recuerdo de sus dos bodas estuvo presente.Y ahora el invierno. Aquel frío invierno que por ratos hacía que sus cicatrices dolieran, pero que los besos y el amor de su marido le confortaban.Aquel invierno que le hizo valorar el calor y la unión familiar. Recordando que también contaba con el apoyo de Megumi y con el de Tsumiki.Incluso le hacía feliz y sentirse bendecida por tener a los amigos que tenía, aquellos que le llenaron la casa de felicidad la noche anterior a pesar que años anteriores, dicha fecha solo era el recuerdo de dos frías guerras.Si, muchos recuerdos vinieron a su mente mientras veía sus ojos a través de aquel espejo.—Como pasa el tiempo... — dijo aquello con una sonrisa aun sujetando el lavamanos —Quien diría que ese bebé del centro comercial predijo tu llegada.Pero rápidamente esa sonrisa se desvaneció una vez sintió como un líquido bajaba por sus piernas.En aquel momento, Maki sintió que su entrepierna se humedecía bastante, se miró rápidamente y notó una gran mancha de agua que empapaba por completo sus pantaletas y que seguía bajando rápidamente por sus piernas.En ese instante, una contracción de mayor gravedad se hizo presente y la hizo hacerse por un momento hacia adelante. Incluso apretó con mucha fuerza el lavamanos al grado de hacer que unas grietas aparecieran. Aquel dolor no era como los de antes. Definitivamente este dolor era una contracción real. Sentía como su cadera se abría pero desde dentro.Maki tomo un respiro y aflojo sus manos sobre aquel lavabo. Ella ya había roto fuente. Su bebé ya venía en camino.—Parece que quisiste darnos la sorpresa este día— gruño un poco porque ese dolor era como un cólico, pero uno muy fuerte.Maki llevo sus manos a su espalda baja y cerró los ojos un momento, tomo aire, respirando profundamente para no entrar en pánico.Abrió la puerta del baño y rápidamente le grito a su esposo. Ya que de nuevo, sintió dolor. Otra contracción se había hecho presente.—¡Yuta! — aquel fue un grito que a cualquiera asustaría por lo desgarrador que sonó —¡Ven Rápido!Aquel grito alertó al hechicero, quien apago el fuego y dejó de preparar lo que estaba haciendo para ir al llamado de su mujer. Realmente aquel grito lo había asustado.—¿Esta todo bien amor?— Miro el desastre que tenía está en su ropa interior —¿Te orinaste encima? ¿Necesitas que te ayude a cambiarte? ¿Te traigo ropa limpia? — pregunto preocupado.Ella negó con la cabeza. Su respiración era un poco errática.
—Esto no es orina...— Dijo Maki poniendo sus manos en su espalda baja —En realidad se me acaba de romper la fuente...— se quejó y apretó los ojos con fuerza y tomo un respiro, ya que el dolor seguía presente —¡El bebé ya viene!Yuta abrió demasiado los ojos de sorpresa al escuchar aquello. Incluso dejó caer el guante de cocina que había traído consigo.—¡Oh dios mío! —Ahogo un grito —¡Debemos ir ya al hospital!— dijo apurado. La preocupación se reflejó en su rostro. Debía mantenerse sereno para no desmayarse de la sorpresa.Ningún curso y ni ningún libro de paternidad le había preparado para este momento.Maki hizo un si con la cabeza.
—Llama a Azami san... dile que ya vamos en camino... — comentó ella con un leve temblor en los labios, en las manos y en las piernas.Era un manojo de nervios, tanto por el dolor como por la emoción que estaba viviendo. Y más que su restricción le hacía percibir todo al doble.Yuta se acercó rápidamente a Maki, la abrazo con cuidado rodeándola por el costado y le depósito un beso en la frente. Podía notarlo, ella estaba completamente nerviosa y él también. Pero debían actuar ya.—Todo estará bien amor— dijo conteniendo el miedo en su voz —Primero vamos a cambiarte de ropa, tomemos las maletas y enseguida llamaré al hospital.Maki lo abrazo, tenía miedo y más que otra contracción se hizo presente, tomando con fuerza la camiseta de su esposo.
—Y por favor — suplico —no te olvides de avisar a Shoko y a Utahime...— dijo con un hilo de voz.—¡Enseguida las llamaré! ¡Vamos! ¡Demonos prisa! ¡El bebé ya viene!—dijo Yuta apurado y con una sonrisa nerviosa. Él de verdad tenía los nervios de punta.
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Después de diez minutos de poner en orden el papeleo necesario para ese día.Maki ya vestía una bata y en ese instante estaba acostada, con las piernas abiertas ya que estaba siendo revisada y monitoreada por Azami, mientras su esposo estaba a un lado de ella.—Bien Maki san— la doctora termino de hacer el tacto vaginal — ya llevas seis centímetros de dilatación. Al parecer ya estás en la segunda fase del trabajo de parto, así que ya estás dilatando más rápido y esa es buena señal— se levantó y se quitó los guantes.—¡¿Seis?!— pregunto Yuta asustado y ahogando un grito de sorpresa por escuchar ese número.
Quería desmayarse, pero la mano de su esposa le confortaba en aquel momento. Además, él debía ser fuerte para que ella no sintiera miedo o nervios.Maki suspiro—Supongo que esas incomodidades que sentía en la mañana eran las contracciones reales, aunque debo confesar que solo las sentía como calambres, no fue hasta que rompí fuente que empezó el dolor— comento esta mientras se sentaba con ayuda de su esposo.—Cada cuerpo es diferente. Así que quizás se deba a tu condición física, lo que hizo que no sintieras los dolores de las contracciones sino hasta este momento donde el trabajo de parto apenas va a la mitad — La doctora reviso los monitores, tanto el de ella como el que revisaba el pulso del bebé. —Y Si todo va bien, quizás antes de que llegue la noche reciban a su bebé. Aun así, debemos monitorearte ¿De acuerdo?Maki hizo un si con la cabeza.
—De acuerdo— tomo un respiro ya que otra contracción se hizo presente.Azami miro la serenidad con la que Maki estaba pasando aquel momento, mientras que Yuta, a pesar de haber tomado un respiró junto a su esposa, se veía bastante nervioso. Quizás él era el más nervioso de los dos.—De todos modos, debemos estar preparados y mentalizados para cualquier cosa ¿Entendido? Y eso va para ambos — explico la médico a ambos padres.—Entendido— contesto Yuta tragando saliva.—Igual Maki san, siéntete cómoda para caminar por todo el pasillo si así lo necesitas, eso podía ayudarte un poco con las contracciones. Además, que si sientes que necesitas la epidural, sabes que somos de los pocos hospitales que la administramos.—Siento que poder hacerlo sin la epidural— contesto Maki rápidamente, llevando sus manos a su gran barriga, y más que dentro de pronto se despediría de ella, así que debía disfrutar esos últimos momentos con su vientre de embarazada — siento que debo confiar en mi cuerpo y más que ya ha soportado mucho durante nueve meses.—De acuerdo, aquí vamos a respetar tu decisión de como quieras dar a luz— contesto Azami— Por el momento debo ir a atender a otros pacientes, también en un rato más las enfermeras pasarán para revisar tus signos y los del bebé así como traerán tu comida, aunque — miro a su colega, quien estaba sentada en uno de los sillones de aquella habitación, y a su lado estaba Utahime — Con Shoko aquí me siento tranquila. Ella también puede atenderte en caso de que se me atraviese algo— sonrió.Shoko se puso de pie y se acercó a aquella camilla donde estaba Maki.
—Así es. Puedes confiar en nosotras para este parto. Así que cualquier molestia que sientas no dudes en decirme ¿De acuerdo?—De acuerdo — contesto Maki mirando a esas dos doctoras.—Bueno, antes de que me retire por el momento...— Azami parecía seria — Okkotsu kun, Podría hablar contigo un momento afuera de la habitación ¿Por favor?Yuta hizo un si con la cabeza y se puso de pie—Claro — antes de moverse, le dio un beso a Maki en la frente. —Ya regreso.Su esposa le soltó de la mano con cuidado, mientras de nuevo otra contracción se hacía presente. Eso hizo que esta cerrará los ojos por un instante.—¿Cómo te sientes en este momento Maki san?— pregunto Shoko mirando a esa chica medio sentada en la cama, con la espalda recargada y el suero pasando por su mano.—La verdad me siento "bien", el dolor es soportable por el momento. Aun así — miro a ambas mujeres— Gracias a ambas por venir a estar a mi lado y perdón que haya sucedido en Navidad. Y más cuando en la academia hay mucho trabajo por esta tormenta invernal.Utahime también se acercó a ella.
—No tienes por qué disculparte y menos en el día en que tu bebé ya va a nacer. Además, dejamos encargados a otros en la academia, ellos pueden solucionarlo. Lo importante es que te sientas acompañada.—¿Pero y sus hijos?— pregunto Maki un poco preocupada.Utahime movió las manos de un lado a otro—Por eso no debes preocuparte. Satoru puede hacerse cargo de sus hijos de vez en cuando.—E Ijichi puede manejar perfectamente la academia— respondió Shoko con una suave sonrisa.Maki guardo un leve momento de silencio, mientras miraba la nieve caer afuera de la ventana de su habitación. Ahora estaba muy seria. —Y sobre lo que hablamos en caso de que llegara a pasarme algo...Shoko y Utahime se miraron rápidamente entre sí y después miraron a Maki.—No tienes nada porque preocuparte — Utahime le dio unas palmadas en el hombro — Vas a estar bien.—Además eres la chica más fuerte qué conozco y la más saludable. Vas a salir de esta perfectamente al igual que tu bebé, ambos van a estar bien— comento Shoko poniendo su mano en su hombro.—En serio, gracias a ambas por estar aquí— dijo Maki con una leve sonrisa que disfrazaba su miedo y dolor. Ya que otra contracción se hizo presente.Había escogido a esas dos mujeres como acompañantes porque las consideraba sus figuras maternas y sabía que no la dejarían sola en esta situación. Confiaba plenamente en ellas, y si algo llegara a ocurrir durante el parto, estaba segura de que ambas apoyarían a su esposo y a su hijo. Asi como confiaba en que ellas harían todo lo posible para que la situación no se saliera de control.—Si que está nevando afuera... — comento Maki mirando la nieve caer. Parecía ser una señal de que su semilla de soja iba a florecer en pleno invierno.Utahime y Shoko se miraron una vez más.—Y dinos Maki san ¿Como la pasaron ayer en la noche tu y Yuta? — preguntó Utahime para cambiar de conversación y distraerla un poco.
En cambio, afuera de la habitación, Yuta estaba hablando con Azami.La doctora tomo un respiro profundo.
—Bueno Okkotsu kun, ha llegado el momento más importante para ustedes dos como pareja y dime ¿Cómo te sientes en este momento? — pregunto.Yuta aflojo los brazos un poco, sus manos fueron a su cara.
—Super nervioso. Tengo miedo de que algo malo les pase a Maki y a mi hijo.—Todo va a estar bien. Tu hijo viene en buena posición y Maki está dilatando rápido, así que, si no hay complicaciones, su bebé nacerá antes de que acabe navidad. Parece que su bebé será su regalo de este dia— dijo Azami en una sonrisa para tratar de calmarle.—Si, es un lindo regalo de navidad —Yuta tomo un leve respiro de alivio.—Sin embargo, esto es algo que hablo con todos los padres que asisten al parto de sus mujeres— comento Azami ahora poniéndose un poco sería, eso hizo que Yuta hasta tragara saliva del miedo y su expresión se volvió de pura preocupación mientras escuchaba a esa doctora hablar.—Y eso es que en primera quiero que en todo momento conserves la calma si llegaras a ver a Maki gritar por el dolor o si llegara a desmayarse o si se queja demasiado, sé que todo eso podría llegar a alterarte, pero trataremos de hacer todo lo que está en nuestras manos para que el parto sea lo más humano y lo más cómodo para ella. Al igual que ella será la que tenga la última decisión de lo que se haga con su cuerpo ¿de acuerdo?—De acuerdo, pero no quiero que la hagan sufrir. No quiero que una mala práctica médica la lleve a un trauma o le haga recordar lo que vio en su clan con este tema de los partos y la violencia obstétrica— respondió él con seriedad.—Se hará todo conforme ella nos diga. Prometo que haré todo lo que este en mis manos para que este parto vaya bien y ella no sufra tanto. Aun así hay un tema más que debo tratar contigo.—¿Pasa algo?— pregunto Yuta sintiendo que el corazón se le saldría por la garganta.—Es sobre si llegara a pasar algo malo durante el parto.Yuta se congelo ante esas palabras que se temía escuchar.Azami siguió explicando.
—Como dije Okkotsu, haremos todo lo posible porque este parto vaya bien. Pero si llegara a ver alguna complicación mayor, llevaremos a Maki a quirófano de emergencia y haremos todo lo posible para salvarlos a ambos. Aun así — la doctora tomo un respiro.Yuta apretó los labios. Ya presentía lo que esa médico le iba a decir.—Si llegara a ocurrir un imprevisto donde tengamos que salvar la vida de uno de ellos dos... Okkotsu kun tu— fue interrumpida.—Yo quiero que salven a ambos, sin importar que — dijo con total seriedad —No me hagan elegir entre mi esposa o mi hijo— comento Yuta con total seriedad y con las manos echas puños.Azami suspiro.
—Solo es en un caso hipotético ¿De acuerdo? Aunque yo confío en que este parto será bueno. Será como esas flores que sobreviven y nacen en pleno invierno— dijo mirando por la ventana la ventisca que azotaba el hospital — porque bien dicen que esas son las más bellas y las más especiales.Aquellas palabras inquietaron a Yuta. Realmente estaba bastante nervioso por la situación y la tormenta invernal tampoco ayudaban a sus nervios.—Bueno Okkotsu kun, regreso en un rato a revisar como va Maki con las contracciones. Y repito, todo va muy bien por el momento, así que no debes porque preocuparte ¿De acuerdo? Ahora, con tu permiso— hizo una reverencia y aquella doctora se alejó para entrar a otra habitación.En cambio, Yuta se desmoronó por un momento y se sentó a llorar en las bancas que estaban a las a fueras de las habitaciones. No quería entrar y que su esposa lo viera en aquel mal estado, así que decidió tomar un respiro.Levanto la cara y miro al techo. Sabía que aquella médico no había dicho todo aquello de mala manera o para estresarlo más, sino que solamente quería que él fuera consiente de la situación y que de paso estuviera preparado para cualquier situación que pudiera pasar. Y más que como padre, él era el más nervioso con todo aquello que estaba sucediendo con su esposa e hijo. Porque, aunque él no estuviera dando a luz, aquella situación lo involucraba también y debía estar al pie del cañón.Ese día estaba lleno de sentimientos encontrados. Por un lado, se sentía feliz porque pronto tendrían a su hijo en brazos, y Maki finalmente podría descansar del embarazo. Sin embargo, al mismo tiempo, el miedo y la incertidumbre lo invadían. Ver a Maki sufrir con los dolores de las contracciones y enfrentar el temor a la muerte lo afectaba profundamente, al punto de sumirlo en la desesperación.Se preguntaba cómo miles de hombres podían enfrentarse a la difícil decisión de elegir entre salvar a su mujer o a su hijo. También se cuestionaba como es que muchos hombres vivían esta situación sin desmayarse o sin querer salir huyendo de ahí.Así que solo pedía al cielo que no tuviera que elegir esa tarde con esa cuestión y que todo saliera bien.De nuevo, sus manos fueron a su cara. Eso hasta que la voz de Utahime sensei le llamo la atención.—¿Okkotsu kun, estas bien?— pregunto está parada frente a él—¿Paso algo?Yuta rápidamente seco sus lágrimas, no quería que lo vieran llorar, aun así su cara mojada lo delató.—Perdón sensei... es solo que...— soltó un suspiro de disgusto— Confieso que estoy bastante nervioso. Esto del parto es algo... que...— su voz se quebró.—¿Es algo qué da miedo, cierto?— pregunto Utahime mientras se sentaba a su lado.Yuta solo hizo un si con la cabeza y de nuevo se soltó a llorar con las manos sobre el rostro.
—Sobre todo porque si llegara a pasar algo o el parto se llega a complicar, no quiero decidir entre la vida de Maki o de mi hijo...y yo...— sollozo.Utahime pudo ver realmente que Yuta estaba preocupado por esa cuestión. Aquella maestra le puso una mano sobre el hombro para darle consuelo.—No tienes por qué preocuparte, todo va a estar bien ¿La doctora lo dijo, no es así? Además Maki y tu hijo están estables en este momento, y tú deberías estar con ellos, brindándoles ánimo y palabras de aliento en lugar de torturarte con pensamientos negativos sobre cosas que no están ocurriendo.Aquellas palabras llamaron la atención del hechicero.
—Utahime sensei... perdone la pregunta pero ¿Usted y Gojo sensei como vivieron esto del parto?— pregunto con la voz rota. Las lágrimas seguían bajando por sus mejillas.Utahime primero contuvo el aire y después lo dejo salir lentamente.
—Bueno, en mi primer parto ese idiota llego hasta los últimos minutos — sonrió un poco — Digamos que Satoru llego en el momento justo cuando Takeru ya daba su primer respiro.—Y en el segundo...— la sonrisa de Utahime se desvaneció lentamente. Un pequeño nudo se había formado en su garganta.
—Con mi segundo bebé él estuvo conmigo en el procedimiento de dar a luz, sujetando mi mano y consolándome mientras sucedía todo aquello, pero... — suspiro — esa vez no hubo un llanto de vida. Aun así, admito que él fue muy fuerte en ese doloroso proceso, en el cual, trataba de no llorar.—Lo siento, no debí preguntar eso—Okkotsu se disculpó rápidamente.—Tranquilo, no debes porque disculparte y bueno, al final ese parto fue muy doloroso para ambos, pero lo que me paso a mí, no va a pasar con Maki ya que el bebé de ustedes dos viene lleno de vida — comento Utahime consolándolo con una suave sonrisa llena de esperanza.Siguió hablando —Y con esta Niji, todo fue bastante diferente porque Satoru estuvo conmigo desde la primera contracción, así como tu estas con Maki. Podía notarlo en los ojos azules de ese idiota, tenía miedo igual que tú, pero él siempre estuvo ahí al pie del cañón— miro a Okkotsu —Y eso mismo deberías estar haciendo en este instante, estar ahí dentro con Maki, tomando su mano, abrazándola y dándole todo el apoyo que ella espera y necesita de ti, así como se lo has dado a lo largo de este embarazo. Okkotsu eres un buen hombre y sé que serás un buen padre.—¿Usted lo cree?— Yuta se secó algunas lágrimas con las manos.—Lo he visto con mis propios ojos. Lo eres y ahora necesitas ser ese hombre.—Pero... — sollozo de nuevo —Tengo miedo.—Todos lo tenemos alguna vez. Pero en este momento, más que nunca necesitas ser valiente— observo como en aquella habitación, podía verse a Shoko ayudar a Maki caminar hasta la gran pelota que tenían, esto para ayudar a la dilatación y a los dolores — Así como Maki está siendo valiente a su modo.Rápidamente Yuta miro hacia la habitación y observaba como Maki estaba haciendo aquel ejercicio sobre aquella pelota. Observo como cerraba los ojos y tomaba un respiro. Esa era otra contracción. Podía notar a lo que Utahime sensei se refería. Maki tenía miedo y soportaba el dolor como podía, Yuta notaba el temblor que esta tenía en sus manos, pero también notaba como su esposa trataba de mantenerse fuerte y serena en todo momento.
Mientras tanto en aquella habitación.—Maki san lo estas haciendo muy bien. Dime ¿Como te sientes en este momento? — pregunto Shoko tomándole de las manos mientras esta estaba sobre esa pelota. Pudo notarlo, la estaba aquejando otra contracción por el espasmo en su vientre.—Me siento bien. No te preocupes Ieiri san, siento que puedo con esto, los dolores apenas y puedo soportarlos, quizás se deba a mi restricción — Dijo Maki abriendo lentamente los ojos. Mientras daba leves movimientos circulares de cadera sobre esa gran pelota.—Se que vas bien Maki san pero — La doctora le miró de frente mientras sujetaba sus manos—me refiero a ¿Cómo te sientes emocionalmente?— pregunto directamente.Maki tomo un respiro y bajo la mirada.
—Tengo sentimientos encontrados la verdad.... por un lado — llevo su mano derecha sobre su vientre — estoy emocionada porque por fin este embarazo está por llegar a su culminación y por fin voy a conocer a mi bebé, pero por otro lado...— soltó el aire en una mueca que parecía ser una mezcla de muchas emociones, su frente se tensó, sus cejas se juntaron y sus labios se apretaron —Tengo algo de incertidumbre y miedo por lo que pueda pasarme a mí... o a mi bebé...Shoko le acaricio la mano y después le dio un suave abrazo.
—Es normal sentirte así. Pero estas en buenas manos y tanto tu como tu bebé van a salir de esta— le apretó suavemente las manos en señal de apoyo —Ambos son muy fuertes y han sobrevivido a tanto. Y les falta mucho por vivir y disfrutar en familia.Maki sonrió por esas palabras, su rostro se suavizo y soltó unas lágrimas, las cuales seco con su mano libre.
—Gracias Shoko... me vas hacer llorar... y no quiero romperme en llanto, no aún hasta que nazca mi bebé.—No hay nada que agradecer. Y esperemos esas lágrimas sean de felicidad.Shoko sonrió un poco por esas palabras, sabía que Maki estaba guardando sus lágrimas, así que solo hizo un si con su cabeza mientras le seguía ayudando con aquellos ejercicios de cadera.
Mientras tanto, afuera de la habitación.—Ella está haciendo un gran trabajo— comento Utahime — Yo cuando tuve a Takeru me estaba quejando demasiado. Yo con seis centímetros ya andaba gritando de dolor y me sentía morir, en cambio, Maki lo está manejando muy bien.Yuta se puso de pie.—Ella me necesita al igual que mi hijo— seco unas lágrimas.—Te necesitan y de paso tu necesitas esto — Utahime se atrevió a darle un abrazo, uno que de verdad aquel hombre necesitaba en ese momento.Yuta tardo un segundo en reaccionar, para después corresponder el abrazo de aquella maestra, aquel gesto se sentía como el de una verdadera madre apoyando a su hijo.— En serio Okkotsu, los dos lo van a hacer bien como padres. Ya lo están haciendo muy bien— dijo aquellas palabras de ánimo.Aquella respuesta hizo que Yuta de nuevo soltara las lágrimas, y por el nudo en su garganta un "Muchas gracias" logró salir roncamente.Realmente aquel abrazo se sintió bastante reconfortante. Era el abrazo que simplemente necesitaba de alguna figura materna.—Ahora ve, Maki te necesita, igual Shoko y yo estaremos contigo y con ella en todo el proceso.—¡SI!— soltó Yuta secando sus lágrimas, tomo un respiro profundo y fue a aquella habitación.
—¿Esta todo bien? — pregunto Maki mirando a su esposo entrar de nuevo a la habitación — ¿Azami te dijo algo? ¿Por qué tardaste tanto?— se levantó con cuidado de esa pelota.Yuta se acercó a ella, le beso la frente y le abrazo con cuidado mientras ella se mantenía en pie.
—Todo está bien amor. Ella solo dijo que vas muy bien y que el bebé viene en buena posición. Y perdón por tardar, solo estábamos hablando del paquete que compramos en este hospital. El cuál es el mejor de Tokio.Maki lo abrazo y sintió su mentón húmedo.
—¿Yuta, Estabas llorando?— pregunto mirando a su esposo.—Solo solté algunas lágrimas de felicidad — Beso fugazmente sus labios.Maki respondió a aquel beso, pero despego sus labios y sus ojos se cerraron con fuerza. De nuevo otra contracción.—Las contracciones se están empezando a hacer más frecuentes...— Shoko miro su reloj, ahora eran cada siete minutos — Supongo que será cuestión de horas para que su bebé nazca.Maki soltó el aire con dolor, en cambio, Yuta le abrazo por la espalda, sujetándole las manos sobre su vientre.
—Todo estará bien amor, aquí estoy contigo— le dijo al oído de manera calmada y firme.—Podemos hacerlo juntos.Maki hizo un si con la cabeza, apretando sus manos —Lo lograremos. Yo se que si— dijo con una leve sonrisa, conteniendo las lágrimas, mientras su esposo la confortaba, abrazándola y moviéndose suavemente y le tarareaba una melodía que ella conocía.Aquella melodía, le hacía mantener la calma y ayudaba un poco con el dolor.
04:50 p.m.Las horas pasaban y con ellas las contracciones se hacían cada vez más fuertes y frecuentes.Para aquella hora de la tarde, la tormenta invernal se había calmado muy levemente, dejando ver levemente el sol, el cual no tardaría en empezar a esconderse.Maki ya estaba de regreso en su habitación, ya que así como le habían recomendado y como es tradición allá, el movimiento era importante. Así que se la había pasado dando algunas vueltas, caminando por aquel piso apoyada en su esposo.Incluso también ya había sido revisada en un par de ocasiones tanto por Shoko y Azami, quienes le decían que ya faltaba muy poco para llegar a los diez centímetros que eran necesarios para dar a luz.Además, que su esposo tambien le había animado a comer y a beber un poco de agua para recuperar fuerzas y continuar con aquel proceso.En aquel momento justo después de ingresar a su habitación porque habían dado una vuelta más por aquel pasillo, ambos se detuvieron y Maki se sujetó del barandal de la cama. Su cuerpo dolía ya que aquella contracción fue mucho más fuerte que la anterior.—Amor ¿Cómo te sientes? ¿Quieres que llame a Azami?— pregunto todo preocupado.Maki negó con la cabeza.
—Me siento un poco cansada, pero — sintio una contracción más —Se que debo dar mi último esfuerzo. Este bebé ya no tarda en nacer. Lo presiento.Yuta hizo un si con la cabeza. La preocupación le invadía, pero debía mantener la calma.En ese instante, donde ambos estaban parados a un lado de la cama, la vista invernal había llamado su atención.La nieve seguía cayendo, al igual los vientos helados chocaban contra las paredes.Maki suspiro.
—Si que este bebé vino a nacer en medio de una ventisca — comento apoyando aún sus manos en el barandal de la cama.—Quizás esa sea una señal de que nuestro hijo será muy fuerte así como este viento invernal— Yuta dejó su mano sobre la espalda baja de su esposa y le dio unos leves masajes en esa zona, de paso, se había puesto a un lado de ella para evitar que se cayera. —Debe ser una señal de que este bebé será igual de fuerte que tú.Esas palabras hicieron que Maki sonreirá —Definitivamente este bebé será igual de fuerte que ambos...— dijo sintiendo como aquel dolor incrementaba y tomaba con fuerza las sábanas.Yuta miro un momento más el cómo aún con esa nieve, podía verse el sol entre las nubes.Aquella escena le recordaba algo muy especial.
—Un sol brillante en una tarde de invierno...— dijo en voz baja.—¿Qué?— soltó Maki con confusión por esas palabras.—Dije "un sol brillante en esta tarde de invierno"— Dijo Yuta tomando la mano de Maki— Ese fue mi pensamiento al verte aquella vez en aquel salón de clases antes de nuestra pelea contra Geto.Maki sonrió levemente por eso.
—¿En serio?— hizo una pausa recuperando el aliento.— ¿Pensaste eso de mí?—Si e incluso en este momento pienso que lo eres— beso su frente.—¿Por qué nunca me lo habías dicho antes?— pregunto Maki con curiosidad, aquello le había distraído un momento de todo el dolor.—Por qué en este mismo momento, en esta fría tarde invernal, tú eres ese sol que se alcanza a ver en el horizonte aun con esta tormenta de nieve — dijo Yuta tomándola de ambas manos. Mirando un poco hacia la ventana donde el sol seguía brillando aún con la nieve, la cual empezó a caer de nuevo con más fuerza.—Te amo...— susurro Maki tomando un respiro profundo, soportando el dolor. Aquellas palabras la habían conmovido.—Y yo te amo a ti, mi brillante sol en un cielo de invierno— contesto Yuta, dándole un beso en los labios, el cual fue correspondido por su esposa.La suave sonrisa de Maki por aquel beso, ahora se había vuelto una mueca de total dolor que hasta la hizo retorcerse un poco hacia el frente. Aquello había sido tan violento que incluso interrumpió el beso.—¡Maki! ¿Estas bien?— pregunto su esposo muy preocupado viendo como las piernas de esta temblaban demasiado y se doblaba un poco de dolor.Aquella peliverde bajo una mano y la metió entre su bata y sintió entre sus piernas como estaba lista ya para dar a luz, había sentido la cabeza de su bebé. Este ya estaba coronando. Ya tenía la necesidad de empezar a pujar.—¡Ve rápido por Azami y Shoko! — el dolor volvió y con ellas las ganas de pujar —¡El bebé ahora si ya viene! ¡Ya siento que está bajando!— Grito Maki.Eso alertó a Yuta, quien primero ayudó a Maki a subirse a la camilla y después salió disparado a buscar a las doctoras y a Utahime.Maki se acomodó medio sentada y con las piernas abiertas, así se sentía en ese instante cómoda para empezar a pujar.—Vamos mi semilla de soja — apretó las manos alrededor de los barandales de su camilla—Podemos sobrevivir a esto — Tomo un respiro — Ya quiero conocerte — Dijo con lágrimas en los ojos por el dolor. Tomo un respiro más.Yuta regreso corriendo tanto con Azami, Shoko y Utahime detrás de ellas, así como con dos enfermeras más.—¡Ya están aquí amor!— Yuta corrió a su lado derecho y le tomo la mano.—Todo estará bien.—Tengo miedo...— Maki hizo una mueca de total dolor.Yuta le beso la mano. Trataba de no llorar.—Todo saldrá bien. Lo harás bien. Aquí me tienes, sujeta mi mano muy fuerte.—¿Y si te la rompo? ¡Agh!— Maki se quejó, el dolor era intenso. Era el dolor físico más fuerte que había experimentado en su vida.—No importa, mi técnica inversa hará lo suyo—Yuta sujeto la mano de su esposa —Tú Puja amor, yo aquí estoy para apoyarte en todo esto y no te dejare sola.—Muy bien Maki, ya llegó el momento — comento Azami lavándose rápidamente las manos, después las enfermeras le ayudaron rápidamente a ponerse la bata y los guantes.—Ya empiezo a ver a tu bebé.También Shoko se alistó para ayudar a su colega.—¡Siento que necesito pujar!— contesto Maki gruñendo.—¡Hazlo! Estamos listas para recibir a tu bebé, Maki san— comento Shoko.—Puja.Eso empezó a hacer Maki mientras sujetaba con demasiada fuerza la mano de Yuta. —¡Vamos mi amor! ¡Tú puedes! ¡Aquí estoy contigo!— comento Yuta con lágrimas en los ojos, le dolía ver a su esposa sufrir de esta manera. Aun así debía mantener la calma como Azami le había recomendado.Maki de verdad le estaba sujetando muy fuerte la mano a su esposo, al grado que este sintió que se la rompió a la primera. Pero no importaba, su técnica le curaba los huesos mientras su esposa sujetaba con más y más fuerza su mano.— ¡Lo estás haciendo muy bien!— contesto Utahime a su lado izquierdo viendo aquel procedimiento. Su mano estaba sobre la de Maki, quien estaba sujetando con mucha fuerza el barandal de la cama que incluso lo estaba aplastando con facilidad—¡Inhala y exhala! ¡la cabecita ya está a punto de salir!—Vamos Maki, Puja una vez más — comento Azami.Maki volvió a pujar y sentía quedarse sin aire.—Siento que ya no puedo...— sollozo un poco.—Si puedes con esto mi amor— comento Yuta tratando de contener las lágrimas — Puja.—¡Para ti es fácil decirlo Yuta! — Maki se quejó en voz alta y le lanzo una mirada asesina— ¡Tú me hiciste esto!— Gruño volviendo a apretar la mano de su esposo con demasiada fuerza que se la rompió una vez más.—¡Lo siento mi amor!— dijo Yuta siendo un mar de lágrimas, tanto por los nervios de la situación así como por el dolor de su mano ya que Maki se la apretaba con una fuerza descomunal— ¡Te prometo que si solo quieres que este sea nuestro único hijo lo respetaré! ¡Yo voy a ser el que se haga la vasectomía!— trato de calmar a su esposa con esas palabras. Sabía que ella decía todo eso por el estrés y el dolor del momento.Maki volvió a romperle la mano, pero Yuta se la curo sin dejarla de sujetar. La peliverde tomaba aire como podía y pujaba.—Una vez más Maki, la cabeza ya se está asomando, tu bebé sí que tiene mucho cabello— Shoko le ánimo.—¡¡Agh!! ¡Para ustedes es fácil decirlo! — se quejó una vez más —¡Siento que una sandía está saliendo de mi vagina!— gruño.—¡Yo sé cómo te sientes en este momento Maki! — Utahime le llamo la atención —¡Yo parí a tres bebés! ¡Aun así Vamos, tú puedes!— le dio ánimos —¡Se que sientes que estas pariendo una sandía! Pero al final valdrá la pena, ese bebé está muy cerca.Y aquella peliverde así lo hizo, pero sentía que la vida se le iba en eso. Ya que miles de recuerdos de su embarazo empezaron a venir a su mente.Tomo un momento para recuperar fuerzas, sentía todo a su alrededor moverse en espiral y el tiempo transcurrir lentamente.—¡Una vez más! ¡Ya casi está fuera su hombro!Maki tomo fuerza de lo más profundo de su ser, miles de recuerdos venían a su mente mientras respiraba y se preparaba para pujar una vez más.En ese instante de agonía, recordó a Mai, recordó a su madre, recordó su pasado, sus peleas internas, sus sufrimientos... todo aquello que debía dejar atrás para poder vivir una nueva vida al lado de su bebé.—¡Una vez más amor! ¡Tú puedes, nuestro bebé ya casi está aquí! ¡Todo esto ya pronto terminara! — dijo Yuta con demasiadas lágrimas en los ojos. La mano de Yuta ya estaba bastante lastimada, aun así, seguía siendo su mayor apoyo.En ese instante donde tanto el dolor era insoportable como también afuera la tormenta invernal estaba en su punto más crítico, la mente de Maki se llenó de recuerdos, especialmente de los momentos más felices que había compartido con el hombre que eligió como esposo. Esos instantes, llenos de alegría y risas sinceras, desfilaron por su mente mientras se esforzaba una última vez.Maki tomo un respiro más, sentía que sus lágrimas bajaban por sus mejillas y se mezclaban con el sudor que le cubría todo el cuerpo.—¡Puja una última vez, Maki san!— dijo Azami .En aquel momento, Maki tomo un respiro profundo. En ese instante pensó en todos los lugares donde quería ir junto a su bebé y junto a Yuta.Quería ir a la playa de Atami una vez más. Quería ir al acuario con ellos dos, quería compartir una nieve con su hijo y su esposo, quería hacer todo lo que nunca hizo con su madre y con Mai.Maki se sentía desfallecer, se estaba quedando sin fuerzas y sin aliento. Sentía que no iba a sobrevivir a aquello.—Tú puedes... Maki...— le susurro aquella femenina voz que conocía bastante bien y que era de esa persona que siempre la cuidaba desde el más allá y que sabia, no permitiría que fuera con ella muy pronto.Y así, aquella peliverde, tomando lo último que le quedaba de fuerzas, pujo una última vez.Al final, el invierno siempre será más cálido en compañía de tus seres amados. Y así estaba a punto de ser ese momento donde después de aquel último pujido, por fin la habitación se llenó del llanto de aquel bebé.—¡Ya nació!— dijo Azami con una gran alegría en su voz —¡Felicidades, es un niño!Maki al fin suspiro de alivio e incluso aflojo su agarre del barandal y de paso soltó la ya lastimada mano de Yuta. Su vista era un poco borrosa, pero se sentía bien, sentía una gran alegría y un gran alivio, mientras las enfermeras descubrían levemente su pecho para hacer el primer contacto piel a piel con su pequeño.Después de limpiar una vez más la nariz y la boca de ese niño, quien lloraba con gran fuerza, Azami puso a ese bebé sobre el pecho semi desnudo de Maki sin aún cortar el cordón.—Bienvenido, mi pequeño —susurró Maki con una amplia sonrisa, mientras posaba sus manos sobre la espalda de su recién nacido, quien lloraba con fuerza— Lo logramos, mi pequeña semilla de soja... finalmente, después de cuatro estaciones, al fin nos conocemos...— acercó su mejilla a la cabeza de su bebé, mientras ella se soltaba a llorar con más fuerza y alegría— ...Al fin estas aquí... — ya era un mar de lágrimas. Yuta también estaba inundado en lágrimas de felicidad. —Lo hicieron increíble, los amo a ambos— susurró, depositando un tierno beso en la frente de su esposa. Y con delicadeza, colocó su mano sobre la de ella, la cual descansaba en la espalda de su pequeño recién nacido, quien lloraba mientras las doctoras lo atendían y revisaban.Incluso Yuta tuvo el privilegio de cortar el cordón umbilical de su hijo, un momento que vivió con inmensa alegría.Utahime y Shoko, quienes intercambiaron una gran sonrisa, también secaron sus lágrimas de felicidad al ver a esa familia.Y así, aquel 25 de diciembre, a las 05:10 p.m. había nacido el primer primogénito de esos dos. Un niño muy sano.Ambos recién convertidos en padres se miraron a los ojos e intercambiaron una sonrisa llena de felicidad y lágrimas.Yuta le dio un suave beso a Maki en los labios, mientras estaban atentos a los primeros cuidados y al contacto piel con piel de su bebé.Definitivamente, aquel suceso había sido el mejor regalo de navidad para esos dos. Incluso la tormenta invernal se había calmado.
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Espero les haya gustado ❤¡POR FIN! ¡SEMILLA DE SOJA HA NACIDO Y TODO HA SALIDO MUY BIEN! ❄❄👏🏻👏🏻Qué más puedo decirles, la verdad me divertí escribiendo este capitulo y mas que ya estamos a muy pero muy poco del final de esta historia. Así que para mí, este capítulo ha marcado un antes y un después.Este capítulo para mí fue muy especial como escritora ya que fue como un respiro de vida.Y bueno, decidí que semilla de soja naciera el 25 de diciembre para así, darle un nuevo significado a ese día tanto para Maki como para todos los demás. En el siguiente capitulo conocerán que nombre llevara este pequeño 💙 así como sabrán a quien de sus padres se parece más. Bueno, sin más, se despide Vera ❤ Nos seguimos leyendo.Estaré leyendo sus comentarios❤
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