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Slug

🌸🌊Las Primeras Cuatro Estaciones 🍂❄️



🌸 Primavera 🌸

El primogénito de Yuta y Maki era considerado por muchos como un pequeño prodigio al igual que su padre. Un niño que poseía un talento y un encanto digno de un descendiente de Sugawara.

Pero para otros, era más un dignó descendiente de la línea Zenin. Uno que con el tiempo podría ser igual de poderoso y temido por su linaje.

Y simplemente para otros, este era un niño muy hermoso que venía a hacer una nueva generación en aquel mundo de hechiceros junto a sus primos, Takeru y Niji.

Pero lo que siempre quedó muy en claro, era que el pequeño Yukio hacía que sus padres aprendieran algo nuevo cada día y que aquellos lindos recuerdos los guardaran en su corazón con cada estación que pasaba.

Como en su primera primavera, donde sus padres lo llevaron a ver los cerezos y salían seguido a pasear a los parques llenos de flores. Para ese tiempo, Yukio ya tenía 4 meses de nacido.

Era un bebé mucho más despierto e inquieto. Parecía que sería un niño muy risueño que quizás pronto empezaría a hacer travesuras junto a sus tíos Panda y Toge, a los cuales ya reconocía y con los que les gustaba estar.

También fue en aquel abril, donde podías ver más seguido a Yukio en la academia junto a sus padres, quienes solían llevarlo incluso a sus misiones, confiándolo al cuidado de Nitta o algún otro director asistente mientras se ocupaban de cumplir con sus batallas. De este modo, Yukio comenzaba a formar parte del día a día en el mundo que rodeaba a sus progenitores.

Incluso antes de cada misión, Maki lo amamantaba y abrazaba mucho para recordarse a sí misma, que debía volver sana y salva tanto por él como por Yuta.

Igual Yuta siempre antes de cada misión, besaba a su esposa y abrazaba con cariño a su hijo, recordándose a sí mismo que todo lo hacía por ellos y que debía siempre volver a casa, sano y salvo.

Además, a todos los alumnos de aquella academia, les gustaba convivir con el hijo del matrimonio Okkotsu, ya que era un niño muy lindo y de unos ojos bastante llamativos.

También fue en abril, cuando Yukio cumplió los 100 días de vida, y fue en esa fecha donde se llevó a cabo su simbólico Okuizome, el cual se realizó en la academia, junto con una ceremonia y un banquete muy especial para que el bebé tenga buena salud y nunca sufra de hambre.

Y hablando de alimentar a su bebé, Maki ya se había acostumbrado a darle de su seno a Yukio, incluso lo hacía con más naturalidad, aun así a Yuta le gustaba acompañarla en ese íntimo momento, acariciando la manita y el cabello de su hijo, asi como le gustaba mirar a Maki a los ojos y besarle la mejilla, los labios o la mano. Incluso le ayudaba dándole agua o a veces preparándole algo de comer, ya que a Maki, el amamantar la dejaba sedienta o le daba hambre.

Las primeras noches de primavera empezaron a ser divertidas para esos tres.



🌊 Verano 🌊

El verano llegó rápidamente. Y en aquella calurosa estación, Maki y Yuta decidieron tomar unas vacaciones en la ciudad donde su nueva vida como padres comenzó, Atami.

Fue exactamente cuándo Yukio cumplió los seis meses, cuando decidieron ir a dicha ciudad. Incluso se quedaron en el hotel donde se alojaron un año atrás.

—Los dos se ven bastante bien con sus trajes de baño— comento Maki saliendo del baño ya que se estaba terminando de arreglar para salir a la piscina.

Yuta, quien traía a su hijo en brazos, casi se le cae la mandíbula al ver a su esposa en un lindo traje de baño en color morado y un pareo del mismo color que le cubría sutilmente. Parecía que la maternidad le había caído bien y ella ya se sentía bien con su cuerpo.

—Cierra la boca, se te va a caer la saliva— dijo Maki con una sonrisa, mientras tomaba en brazos a Yukio, quien traía un lindo traje en amarillo.

—Es que simplemente te vez muy hermosa— dijo Yuta algo sonrojado.

—Gracias, ustedes dos también se ven muy bien — beso la mejilla de su hijo, quien ya empezaba a balbucear y a moverse más —Ahora andando, que Atami nos espera— dijo con una gran sonrisa.

Y así, aquel fin de semana, esa familia pasó su primer verano en aquella ciudad costera.

Incluso Yuta sacó muchas fotos de su esposa e hijo, disfrutando de la playa, así como en los distintos lugares a donde habían ido un año atrás, donde había recibido la mejor noticia de su vida, que se convertiría en padre por primera vez.

También en verano, fue cuando Yukio empezó a gatear cerca de sus ocho meses.

Ambos adultos se llevaron un gran susto al no ver a Yukio en la sala sobre su alfombra de juegos. Incluso empezaron a buscarlo con desespero.

Eso hasta que escucharon las risas de aquel pequeño, quien había gateado hasta el fondo del pasillo al lado de la puerta para salir de la casa, y más fue la sorpresa que se llevaron aun cuando notaron que este niño estaba siendo cuidado por Rika para que no se cayera en el pequeño recibidor de ese hogar. Aquella maldición empezó a ser como una niñera extra para aquel bebé, ya que no se despegaba de este cuando esté gateaba por la casa y le cuidaba de algunas caídas. Incluso le cuidaba en la academia o en las misiones.

Y hablando de la academia, aquel pequeño que ya gateaba, demostró ser un pequeño explorador junto a su prima Niji, a quienes ponían juntos a jugar y curiosamente a ambos les gustaba estar cerca de Megumi. Quien se había vuelto la niñera favorita de esos dos bebés.

Aquel verano fue bastante familiar y acogedor, fue como una fresca brisa que acaricia el rostro y las burbujeantes olas acarician los dedos de los pies en la orilla de la playa.



🍂 Otoño🍂

Las estaciones pasaban con rapidez para aquella familia. En un abrir y cerrar de ojos, pasaron del cálido verano al fresco otoño.

En aquella estación, Yukio comenzó a pasar más tiempo con su tía Yuna. Esto permitió que Yuta y Maki retomaran el contacto con ella después de casi un año de distanciamiento, causado tanto por las exigencias laborales de ambas partes como por la distancia que separaba ambas ciudades. Aun así, estuvieron en contacto por videollamadas y mensajes una vez Yukio había nacido ya que Yuna quería ser una buena tía para su sobrino.

Fue especialmente en el otoño a finales de septiembre, durante un encuentro en Sendai, cuando ellos volvieron a verse.

—¡Eres tan hermoso! ¡Mira lo enorme que estas!— dijo Yuna con una gran sonrisa al ver a aquel bebé en brazos de su hermano —Se parece bastante a ti Maki san— comento mirando a ese bebé y tomando sus manitas —¿Puedo abrazarlo?

Maki sonrió por esas palabras.
—Claro que puedes. Adelante, eres su tía después de todo.

—Con cuidado, a veces se mueve mucho— dijo Yuta pasándole aquel bebé a su hermana.

—Mucho gusto Yukio, yo soy tu tía Yuna y te voy a consentir demasiado cada que vengas a Sendai— comento está viendo como aquel niño sonreía y la miraba con curiosidad.

Realmente Yuta estaba feliz de que, aunque sea, su hermana siguiera conservando aquella cercanía con ellos. Sobre todo, porque así podían ser los hermanos que siempre desearon ser.

Incluso cortaron toda comunicación con sus padres, de los cuales, ya nunca más supieron de ellos.



También fue en ese otoño, cuando Yuta y Maki llevaron por primera vez a su hijo a un acuario. Más específicamente al de Sendai como habían prometido.

Aquel pequeño miraba con curiosidad a los peces que se movían en aquellas grandes peceras, al igual que sus padres recordaban lo sucedido en el año anterior, cuando fueron cuando Maki tenía seis meses de gestación.

—Que rápido pasa el tiempo...— comento está mirando a su esposo con su hijo en brazos mientras miraban hacia la gran pecera. Yukio movía sus manitas queriendo alcanzar esos animales mientras su padre lo cargaba y reía por eso.

Maki no podía creer lo rápido que la vida avanzaba. Y más cuando empezabas a disfrutar de las cosas que valían la pena al lado de las personas que más amabas.



Incluso fue en octubre cuando Yukio por fin, diría sus primeras palabras. A sus diez meses, ya balbuceaba con entusiasmo, incluso parecía imitar algunas sílabas. Sin embargo, ese día sería especial, pues en la calidez de su hogar, sus primeras palabras tomaron forma.

—Ma..pa... ma...pa da — balbuceaba felizmente aquel pequeño, quien estaba sobre su alfombra de juegos.

—¡A que dice primero Mamá!— dijo Maki con total orgullo.

—Quizás diga papá— comento Yuta muy emocionado, mientras grababa el momento.

Aquel bebé trataba de pronunciar más sílabas, parecía ya estar listo para su primera palabra
—Da...da...

—¿Qué intentas decir mi semilla de soja?— decía Maki motivando a su pequeño jugando con sus manitas
—¿Dada es Papá o es Mamá? ¿Eh Yukio?

Aquel pequeño siguió balbuceando un poco más hasta que al fin pudo completar una palabra

—¡Mama!— logró decir aquel pequeño sonriendo y estirando sus manitas.

—¡Yei! — festejo Maki mirando a Yuta
—Te toca hacer la cena.

—¡Papa!— soltó también Yukio poco después.

Maki hizo un leve puchero al escuchar esa palabra también. Había celebrado antes de tiempo.

—Jejeje Parece que es un empate ya que dijo ambas palabras al mismo tiempo— dijo Yuta también con orgullo.

Ese pequeño reía mientras seguía repitiendo ambas palabras.

Yuta sonrió por aquello que escuchaba.
—Pero con gusto haré la cena y más que esto debemos festejarlo— Acarició las mejillas de su hijo —Ya que Yukio acaba de decir sus primeras palabras.

Maki recargo su cabeza en el hombro de su marido por un instante —Definitivamente es un prodigio como tú.

Yuta se sintió halagado por esas palabras.

La peliverde beso la mejilla de su esposo y después tomaría a Yukio en brazos para levantarlo de ahí para ir a la cocina —Ven, vamos a ayudar a Papá a hacer la cena — dijo motivada porque quería festejar ese significativo suceso.

Yuta sonrió por eso, se puso de pie y los siguió. Aquella tarde, entre los tres harían una deliciosa cena.

Inclusive en aquel otoño, cerca de noviembre, cuando las hojas estaban en sus momentos más naranjas, amarillos y rojos, fue que Maki y Yuta decidieron ir a Osaka a pasar el Momiji, para así disfrutar del palacio y demás paisajes con sus alrededores cubiertos de aquellos bellos colores del otoño en la ciudad donde habían creado a ese bebé.

Aquel otoño, a diferencia del anterior, estuvo marcado por nuevos y cálidos momentos, que quizás más adelante se extrañarían con una agradable nostalgia.



❄️ invierno ❄️

Las estaciones pasaron con rapidez al igual que el año.

En aquel mes de diciembre, donde el frio empezaba a ser más presente. Ambos padres se llevaron una muy linda sorpresa durante el invierno.

Fue antes del primer cumpleaños de Yukio, más específicamente ocurrió durante el cumpleaños de Megumi, cuando ese pequeño empezó a dar sus primeros pasos él solo.

Yukio ya empezaba a ponerse de pie solo, incluso gateaba más rápido y hasta andaba dando leves pasitos tomando las manos de sus progenitores y cuidadores, pero no fue hasta ese casi primer cumpleaños que dio por fin sus primeros pasos él solo.

—¡Miren! ¡Yukio ya se sostiene solo!— comento Yuta con total orgullo, soltando despacio las manitas de su hijo y sacando su celular para grabar tal emotivo momento

—¡Ven con Mamá!— comento Maki muy emocionada al ver a su hijo dar sus primeros pasos hacia ella, llegando un poco tambaleante.

Maki se sentía muy feliz y orgullosa de que su hijo ya diera sus primeros pasos. Incluso una vez lo levanto del suelo de tal hazaña le lleno de besos sus mejillas.
—Mi semilla de soja ya camina, se nota que quiso acaparar de nuevo la atención durante tu cumpleaños Megumi, así como hace un año atrás — dijo con una gran sonrisa.

Era cierto, aquel día estaban celebrando el cumpleaños de Megumi en casa de los Fushiguros.

El azabache soltó el aire en una leve sonrisa.
—Se nota que salió a ti.

—¡Claro que salió a mí, es un mini yo!— contesto Maki llena de orgullo.

En aquel momento, Yukio parecía querer bajar a caminar una vez más. Maki entendió aquella señal, bajo con cuidado a su bebé, quien balbuceaba y movía sus pies con desespero.

—Ok, veamos ahora con quien iras — dijo Maki poniendo a su hijo en el suelo, después lo soltó con cuidado y este empezó a caminar hacia Megumi.

Aquella escena fue demasiado tierna, ya que aquel pequeño había llegado caminando hasta la pierna de Megumi.

El azabache sonrió al ver a ese pequeño sujetarse de su pierna y sonreírle muy ampliamente, solo como un pequeño suele hacer.

Megumi lo tomo y elevó en sus brazos. Ese niño parecía muy feliz al lado del portador de las diez sombras, quien le sujeto de la mano.

—¿Ya dando tus primeros pasos eh?— dijo Megumi con una suave sonrisa —Siempre me tendrás para apoyarte en los pasos que decidas dar — contesto al ver lo tan feliz que ese pequeño estaba en sus brazos.

Aquella escena conmocionó a los padres de aquel pequeño, quienes se tomaron de la mano e intercambiaron una sonrisa al ver lo unida que se había vuelto aquella familia.


Noche buena llego rápidamente, aquella noche era la primera que pasarían con aquel pequeño, llenándolo de juguetes y de una deliciosa cena para al día siguiente, festejar por fin el primer cumpleaños de ese bebé.

Navidad llegó junto con la nieve, así como había sido un año atrás.

—¡Feliz cumpleaños Yukio!— dijeron Maki y Yuta muy emocionados al ver que su primer hijo había cumplido su primer año de vida.

Aquel día lo festejaron junto a todos sus amigos, donde estos llevaron muchos regalos a ese pequeño y a sus padres.

En especial, habían llevado un pastel, uno que el tío Satoru sabía era de los más caros y más deliciosos de todo Tokio.

Ahora cada Navidad, sería bastante especial para esa familia.

Aquel invierno fue bastante acogedor, rodeados de esa magia y cariño familiar.

Y así, cada año un ciclo se repetía. Uno donde esa familia pasaba las cuatro estaciones de gran manera, llena de recuerdos y dulces momentos.



🌸🌊 Las Siguientes Cuatro Estaciones 🍂❄️

Unos años después...

Los años empezaron a pasar y aquella familia siguió viviendo más emotivos momentos.

Una vez este pequeño cumplió los tres años, la familia Okkotsu había tomado la decisión de cambiarse a una casa más grande. En la cual, Yukio tendría su propio cuarto. Aquel era un deseo que Maki siempre quiso para su hijo, sobre todo para que este tuviera su propio espacio.

Ese pequeño, aprovecho al máximo su nuevo cuarto, el cual estaba lleno de juguetes.

Aun así, Yuta y Maki decidieron conservar el apartamento para ir de vez en cuando.

Los años pasaban y en aquella academia de hechicería se podía ver a aquel niño bendecido por la nieve, correr por los pasillos y hacer una que otra travesura junto a su primo Takeru y a su prima Niji por los salones. Al igual que le gustaba hacer travesuras junto a su tío Panda y su tío Inumaki.

Además, le gustaba jugar en el patio principal con los alumnos de su madre, a los cuales retaba a correr. Ya que parecía que ese niño había sacado lo atlético de su madre. Y lo inteligente de su padre, ya que Yukio le gustaba estar presente cuando su padre daba clases teóricas y este le ayudaba a dar la respuesta correcta cuando los alumnos no sabían la respuesta.



Yukio para sus cinco años, ya era un niño lleno de energía, incluso había sacado el carácter de Maki, sobre todo cuando lo hacían enojar. Hacía los mismos gestos que esta. Así como también había heredado el gusto de su padre en hacer figurillas de arcilla. Haciéndolo un prodigio con diversas manualidades como el origami.

Podría decirse que ese pequeño tenía lo mejor de esos dos hechiceros. La vida de aquel niño fue bastante tranquila como hijo único por un tiempo más. Eso hasta que dos pequeños llegaron al mundo para hacerle compañía.



❄️🌸 El ciclo de las estaciones siempre se repite con las nuevas semillas 🌊🍂


❄️ ❄️❄️

Maki no olvidaría aquel día cuando se enteró que volvería a ser madre una segunda vez. Lo recordaba bastante bien porque sucedió en aquellos días del invierno a finales de febrero y a principios de Marzo.

Días atrás, Maki notaba a Yukio más sensible, podía decirse que estaba algo "sentimental", ya que este niño de seis años no quería despegarse de su madre y por ratos se le veía decaído. Sobre todo, empezaba a llorar sin motivo aparente.

Sus padres asociaban aquel comportamiento a una especie de brote de crecimiento, ya que hacía poco había despertado su técnica maldita, la cual consistía en crear una fina pero dura capa de nieve en el cuerpo de los demás, esta los inmovilizaba por varios minutos, aquella técnica que tenía potencial, la iría perfeccionando con el pasar de los años. Pero parecía que la causa de que estuviera más sentimental de lo normal en aquel momento a sus seis años, se debía a otra cuestión, una que tenía que ver más con lazos sanguíneos.

Fue aquella tarde en el supermercado, cuando ambos estaban haciendo las compras, cuando Maki empezaría a sospechar que estaba embarazada una segunda vez, ya que de la nada, Yukio empezó a llorar mientras se abrazaba a ella.

Yukio recargo su cabeza en el vientre de Maki. Sus lágrimas empezaron a bajar un tanto amargamente.

—¿Qué pasa mi semilla de soja? ¿Te sientes mal o acaso te duele algo?— preguntó su madre preocupada al sentir el rostro húmedo de su hijo.

—Mamá, ¿Tú me vas a seguir queriendo aunque llegue un bebé?— soltó Yukio con voz quebrada.

Aquello extraño demasiado a Maki.
—¿A qué te refieres? ¿Qué estás tratando de decir?— pregunto confundida.

Yukio sollozo —Hablo del bebé dentro de ti. — Hizo un puchero sin despegar su cabeza del vientre de su madre —Takeru me dijo que cuando uno tiene un hermanito o hermanita, al hermano mayor lo dejan de querer — se soltó a llorar.

Maki de nuevo se sintió como aquella vez, hacia seis años atrás cuando se enteró que estaba embarazada de Yukio. La confusión por aquellas palabras le revolvieron el estómago.

¿Aquello debía ser una broma? ¿Cierto? Y más que para ese tiempo no se sentía mal. Aunque los síntomas de su embarazo no tardarían en aparecer.

Pero mejor evitó pensar en eso y mejor se dedicó a calmar a su hijo.

Maki se puso de cuclillas, abrazo y lleno de besos a Yukio en todo su rostro.
—Nunca te dejaré de amar, y más porque eres mi primer hijo y siempre lo serás, y nunca nadie te va a reemplazar en eso — Acarició sus mejillas.

—¿Aun cuando llegue otro bebé?— Yukio sollozo, se limpió las lágrimas con las manitas.

—Aunque llegue un segundo bebé, tú siempre serás mi primer bebé, tú siempre serás mi semilla de soja — le beso la frente y lo sujetó en sus brazos para calmarle.

Realmente aquello le había parecido extraño. Pero parecía que su hijo sólo presentía la llegada de su hermanito u hermanita.


🌱 🌱 🌱

Dos semanas después de aquella escena en el supermercado, Maki empezó a sentirse más cansada de lo normal, tenía nauseas matutinas y lo más importante, su regla se había atrasado más de un mes y eso se lo contó a Shoko como médico y a Utahime como su superior, quienes le comentaron que lo ideal era que se hiciera una prueba de embarazo y más que "algunos niños se ponen sentimentales cuando sienten la llegada de un hermanito"

Aquellas palabras le recordaron aquella vez cuando gracias a otro bebé, descubrió que Yukio venía en camino. Recordó aquella frase que le dijo esa mujer años atrás sobre; "Si un bebé rechaza a una mujer, es porque sienten a otro bebé en camino".
Parecía que ahora esa frase tomaba más sentido con el comportamiento de su hijo.

Así que Maki decidió comprar una prueba de embarazo casera.
¿Acaso estaba lista para otro bebé?

Mientras esperaba el resultado de aquella prueba en el baño de su cuarto, empezó a recordar todo lo vivido años atrás cuando su semilla de soja venía en camino.

Recordó todo lo vivido y el cómo Yuta siempre la apoyo durante esos nueve meses, los cuales lo paso en las cuatro estaciones mientras esperaban a su primer bebé. Y quizás con un segundo bebé las cosas podían ser muy diferentes, incluso podrían ser mejor que la primera vez y más que ya era más madura que hace seis años atrás.

Parecía ilusionada con la idea de un miembro más en el clan Okkotsu.

Los cinco minutos pasaron y como aquella vez hacia años atrás, aquella prueba de embarazo se marcó en un positivo con esas dos lineas en rosa.

Maki suspiro, ahora seis años después, ya sabía qué hacer y ahora si prepararía una sorpresa.



🌸🌸🌸

—Yuta.

Maki lo nombró una vez este llegó a casa después de una misión.

—¿Qué pasa mi amor?— dijo Yuta observando como Maki escondía algo detrás de su espalda.

—Te tengo una sorpresa...

—¿Una sorpresa? ¿Qué es amor?— pregunto Yuta muy extrañado, pensaba que iba a ser una sorpresa hecha por ella y Yukio como parte de alguna actividad o manualidad escolar.

—Estira las manos, que quiero mostrarte algo— comento Maki con una leve sonrisa.

—Ok— Yuta estiro sus manos—¿Y qué es eso que quieres mostrarme amor?

—Es algo que siento que debí darte hace seis años atrás en Atami. Un regalo— dijo está mostrando una caja pequeña en color café. Para después ponerla en las manos de Yuta.

—¿Hace años atrás en Atami? ¿De qué se trata?

—Ábrelo y lo entenderás.

—Jeje está bien amor — Yuta abrió aquella caja, sus ojos se abrieron como platos y en su rostro apareció una gran sonrisa.

Yuta rápidamente miro aquella prueba de embarazo, también ahí dentro había un pequeño mameluco y unos zapatitos, ambas prendas eran en color blanco.

—¡Estoy embarazada! —anunció Maki colocando suavemente las manos sobre su vientre— Hace seis años quería darte esta misma noticia sobre mi embarazo de Yukio de esta forma cuando estábamos en Atami, pero esa vez las cosas se dieron de diferente manera — Tenia una gran sonrisa en sus labios —Pero ahora, con este nuevo bebé, por fin puedo compartirlo contigo de esta manera.

—¡AMOR!— Yuta la abrazo super emocionado y le lleno de besos —¿VAMOS A SER PADRES POR UNA SEGUNDA VEZ? ¡QUE EMOCIÓN!

—Así es. Vamos a tener otro bebé — dijo está muy feliz mientras estaba en los brazos de Yuta.

—¿Y cómo es que te diste cuenta de que estabas embarazada?— pregunto este con curiosidad.

Maki suspiro.
—Bueno, en realidad fue por Yukio.

—¿Por Yukio? ¿Cómo? — pregunto Yuta confundido.

Su esposa empezó a explicar.
—Él fue quien me dio las pistas y más con su actitud de los últimos días. Además, le conté a Utahime sensei y a Ieiri san y ellas me dijeron que quizás él estaba con esa triste actitud porque sentía que yo estaba embarazada y así fue, parece que Yukio sintió la llegada de su hermanito o hermanita— dijo con sus manos en su vientre.

—Ya veo— Yuta rasco su mejilla—Supongo que vamos a tener que hablar con él para que no se sienta triste o se sienta de menos con la llegada de este bebé.

—Vamos a tener que darle mucha comprensión y cariño. Sobre todo ahora que será un hermano mayor — dijo Maki en un suspiro.

Yuta beso su frente.—Yo sé que él logrará comprenderlo y más si estamos con él también.

—Eso espero— Maki tomo la mano de su esposo y la llevo a su vientre —Y más que vamos a tener otro bebé.

Yuta puso su mano en el vientre de su esposa —Un miembro más del clan Okkotsu— sonrió.

—Un miembro más— sonrió Maki enormemente.

Realmente ambos parecían ilusionados con la llegada de ese bebé.


🌊 🌊🌊

Y así fue. Después de confirmar con una prueba de sangre que Maki efectivamente estaba embarazada, ambos hablaron con Yukio.

Al principio aquello no fue fácil, ya que Yukio se resistía a la idea de tener un hermanito o hermanita. Pero con la comprensión de sus padres, él empezó a entender que no sería dejado de lado, y que mucho menos dejaría de ser querido.

—¿Entonces voy a tener un hermanito?— pregunto este más tranquilo, después de haber llorado lo suficiente.

—Así es. Vas a tener un hermanito o hermanita, así como yo con tu tía Yuna— comento Yuta acariciando el cabello de su hijo — Vas a tener a alguien con quien jugar.

—¿Entonces voy a tener que compartir mis juguetes?

—Todo en su momento mi semilla de soja, quizás cuando tu hermanito o hermanita esté más grande van a poder compartir algunos juguetes, aunque eso sí, vas a seguir teniendo tu cuarto para ti solo— contesto Maki.

—¿Y ustedes me van a dejar de querer cuando nazca ese bebé?— pregunto Yukio con los ojos llorosos.

—Para nada. Siempre te vamos a seguir amando — Yuta Acarició la mejilla de Yukio.

—Nunca te vamos a dejar de amar. Y como te dije, siempre serás mi primer bebé, mi primer hijo y siempre serás mi semilla de soja— Maki beso la frente de su hijo.

—Entonces ¿Eso significa que yo podré jugar y convivir con mi hermanito o hermanita así como lo hace Takeru con Niji y con Yoshio?— pregunto Yukio con una leve sonrisa. Parecía algo ilusionado.

Él había visto como sus primos jugaban y se divertían bastante entre ellos y más cuando Utahime y Satoru tuvieron un bebé más. El pequeño Yoshio, un niño que vino al mundo después de que esos dos tuvieron su segunda luna de miel, después de su segunda boda civil ya que habían regresado.

Maki acarició el cabello de su hijo.
—Así es. Tu tendrás con quien jugar tanto aquí en casa como en la academia. Digamos que la familia va a crecer más.

Yukio se abrazó a su madre, pegando su oreja al vientre de esta.—Ya tendré con quien jugar y así ya no voy a sentirme solo a la hora de los juegos en equipo— parecía que eso le ilusionaba y confortaba un poco.

Maki y Yuta se miraron entre sí y sonrieron. Parecía que Yukio estaba de poco en poco asimilando de manera positiva aquella noticia. Y por recomendación de Utahime, también lo fueron involucrando en la llegada de ese bebé para que se sintiera cómodo al mismo tiempo que le demostraban cuanto lo seguían amando.

Y entre esas recomendaciones, era que viera por primera vez a su hermanito o hermanita por aquel ultrasonido que Maki se haría semanas después de confirmar su embarazo.

Pero la sorpresa seria mayúscula cuando la familia Okkotsu, terminaría enterándose sobre que no estaban esperando un solo bebé, sino que iban a tener dos.



🍂 🍂 🍂


—Vas a sentir algo de frío Maki san— dijo Azami mientras ponía el gel en el vientre de esta.—¿Y ustedes también están emocionados por ver al nuevo bebé?— pregunto mirando rápidamente a Yuta y a Yukio, quienes estaban a un lado de Maki.

—Bastante Jeje — comento Yuta rascando su nuca.

—¡Yo ya quiero ver a mi hermanito!

—Me alegra que estén emocionados— dijo Azami, quien seguía siendo la médico de confianza de esos dos — Ahora comencemos para ver por primera vez a este bebé y ver cómo está creciendo.

Azami empezó a pasar aquel transductor por el abdomen de Maki, empezando a analizar aquella primera imagen que se mostraba en la pantalla. El cual, mostró a aquel pequeño de casi once semanas. Aquella imagen puso feliz a esos padres y a ese hermano mayor.

—Por sus medidas parece que tu bebé está creciendo bien Maki san— comento Azami con una sonrisa —Ahora veamos si escuchamos latidos — comento la doctora empezando a escuchar con atención el sonido que salía del monitor mientras seguía observando la pantalla y moviendo aquel aparato sobre el vientre de Maki.

De aquella máquina empezaron a salir los sonidos de unos diminutos latidos.

—¿Ese es el corazón de mi hermanito?— pregunto Yukio con curiosidad.

—Asi es, pero creo que escucho algo más — comento Azami.

Algo más había llamado la atención de esa médico, ya que ese sonido parecía doble, así que decidió hacer más movimientos con ese aparato sobre el lado izquierdo del vientre de su paciente para descubrir que provocaba aquello.

—Creo que estoy observando algo más por aquí— dijo la doctora algo extrañada mientras seguía moviendo aquella máquina sobre el vientre de Maki.

Las cejas de la medico se elevaron de sorpresa mientras miraba lo que revelaba aquel monitor.

—¿Esta todo bien? ¿Pasa algo con mi bebé?— pregunto Maki algo preocupada al notar el rostro de la doctora.

—¡AZAMI SAN! ¿ESOS SON?— De la garganta de Yuta salió un ruido de sorpresa al ver aquella imagen en el monitor. Se quería desmayar.

La doctora acomodo de tal manera aquella imagen que logró verse dos pequeños fetos en aquel monitor.

—Tú bebé no tiene nada de malo o mejor dicho, tus bebés están en perfecto estado— comento Azami dando algunos clicks más y mostrándoles a esa familia aquel monitor con más detenimiento, donde en ese momento salían los sonidos de dos latidos.

—Felicidades Familia Okkotsu, van a tener dos miembros más en la familia, ya que tendrán gemelos o quizás sean mellizos, eso lo descubriremos en unos meses cuando podamos ver sus sexos — dijo la doctora mostrando aquellos dos pequeños bebés en aquella pantalla mientras escuchaban aquellos latidos.

Los ojos de Maki se abrieron de tal manera que demostraba que estaba en total shock. Incluso se había quedado muda y con la boca a medio abrir, pero no salía ruido de su garganta.

—¡¿Voy a tener dos hermanitos?!— grito Yukio muy feliz —¡Voy a tener con quien jugar al doble!

—Así es pequeño. Felicidades, vas a tener dos hermanitos con quienes jugar— comento Azami muy feliz mientras quitaba el gel del vientre de Maki.

—¡Papá voy a tener dos hermanitos!— Yukio se giró a ver a su padre, pero se sorprendió al verlo caer al suelo.—¡¿PAPÁ?!

—¡Enfermera ayuda, el padre se acaba de desmayar!— dijo Azami pidiendo ayuda ya que Yuta de tal sorpresa que se había llevado, se había desmayado. Y no era para menos, venían dos bebés en camino para agrandar más el clan.

Maki miro aquel monitor. Su rostro se suavizó y una linda sonrisa apareció en sus labios. —Mai, vas a ser tía de dos bebés más— dijo poniendo su mano sobre su vientre. Sentía que su hermana estaba en aquel instante a su lado, siendo feliz con aquella noticia.

Y después de pasar una vez más por las cuatro estaciones, donde en invierno descubrieron aquella noticia, en primavera se la revelarían a sus amigos, y en verano comprarían todo para la llegada de esos dos bebés, fue en pleno otoño del mes de octubre, cuando los mellizos, Yurika y Yuudai, nacieron fuertes y muy sanos. Llenando así de más alegría y travesuras al clan Okkotsu.


Fin.

🌸🌊 Cuatro Estaciones. 🍂❄️

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